A un año de la toma del Congreso estadounidense, el actual presidente, Joe Biden, acusó ayer al ex mandatario, Donald Trump, de intentar frustrar el traspaso del poder al alentar la “insurrección armada” de sus seguidores tras su derrota electoral.
“Por primera vez en nuestra historia, un presidente que había perdido una elección intentó impedir el pacífico traspaso del poder mientras una turba invadía el Capitolio, pero fracasaron”, dijo Biden en un discurso en el Congreso en conmemoración del aniversario de la toma, sin mencionar ninguna vez a Trump por su nombre.
“Debemos ser absolutamente claros sobre lo que es verdad y lo que es mentira. Aquí está la verdad. El ex presidente de Estados Unidos ha esparcido una red de mentiras sobre la elección de 2020”, agregó el mandatario demócrata, quien de esta manera, trazó una línea entre la “verdad” de lo sucedido y el relato que se han formado Trump y sus aliados, de que fue una acción en defensa de la democracia y contra el fraude electoral.
En respuesta, Trump emitió un comunicado en el que dijo que las acusaciones eran parte de un “teatro político” para “para distraer la atención del hecho de que Biden ha fracasado completa y totalmente”. Aunque los congresistas republicanos condenaron el ataque de manera casi unánime en los días posteriores, la mayoría de ellos se ha mantenido leal a Trump, quien aspiraría a presentarse como candidato a presidente en 2024.
El 6 de enero de 2021 cientos de partidarios del entonces mandatario republicano llegaron a Washington desde todo el país e invadieron el Congreso, interrumpiendo la certificación de la victoria electoral de Biden. Apenas unas horas antes, Trump había dado un discurso en el que los alentaba a marchar sobre el Capitolio y a “luchar con furia”. En el episodio murieron cinco personas, entre ellas una manifestante que fue baleada por la policía cuando los alborotadores, buscaban a los legisladores en sus propias oficinas.