Las tensiones entre Rusia y occidente no han disminuido incluso después de la reunión que tuvieron el viernes los jefes de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, y estadounidense, Antony Blinken, para trabajar sobre la situación militar en las fronteras de Ucrania. Luego del encuentro, Blinken afirmó que esta semana le dará una respuesta escrita a Rusia sobre sus preocupaciones en materia de seguridad ante el avance de las operaciones de la Organización del Tratado de Atlántico Norte (Otan) en Europa del Este.
Además, volvió a insistir en que su país está dispuesto a responder a “una agresión de Rusia, aunque no sea militar”, y le pidió a Lavrov pruebas de que no desea invadir Ucrania, exigiéndole que se retiren las cerca de 100.000 tropas rusas en la frontera. Por su parte, Lavrov reiteró su llamado a Washington a influir en Kiev para cumplir con los Acuerdos de Minsk, documentos que sientan la base para una solución pacífica del conflicto en el este de Ucrania.
“Destacamos con firmeza que es hora de dejar de tolerar lo que hace el régimen de Kiev y obligarlo a cumplir con lo que no fue simplemente prometido, sino aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU”, sentenció Lavrov. Pese a las diferencias, los diplomáticos coincidieron en calificar como “útiles y sustanciales” las conversaciones.
No obstante, las provocaciones políticas y los movimientos militares continuaron. El mismo viernes Ucrania acusó a Rusia de seguir aumentando el envío de armas, municiones y equipos militares al este de su país, en los territorios controlados por los separatistas prorrusos. Sobre este tema se pronunció el presidente de la Cámara baja rusa, Viacheslav Volódin, que anunció que el Parlamento debatirá durante esta semana una petición para que el mandatario Vladimir Putin reconozca la independencia de los dos territorios separatistas de Donestk y Lugansk.
Casi en paralelo, el sábado aterrizaron en Ucrania unas 90 toneladas de armas y municiones proporcionadas por Estados Unidos. “Esto demuestra el firme compromiso de Estados Unidos con el derecho soberano de Ucrania a la autodefensa” dijeron al respecto, desde la embajada norteamericana. A esto se le suma la iniciativa que están promoviendo los países bálticos y ex repúblicas soviéticas que integran la Otan, Estonia, Letonia y Lituania, quienes precisaron en un comunicado que enviarán a Ucrania misiles estadounidenses tras haber obtenido la autorización del Pentágono.
Londres y Berlín atravesadas por el conflicto
El conflicto que tiene al mundo mirando hacia Ucrania no es esquivado a los países de la Unión Europea que, a pesar del protagonismo de EE.UU., se ven comprometidos en las negociaciones sobre la seguridad de su continente.
En este sentido, el sábado la cancillería del Reino Unido acusó a Rusia de orquestar un supuesto plan para instaurar en Ucrania al ex diputado, Yevhen Murayev, como un líder para sustituir al actual presidente de ese país, Vladimir Zelenski, mientras “sopesa si invade y ocupa” el país.
Estas afirmaciones fueron señaladas por la prensa británica como una distracción ante la crisis que atraviesa el Gobierno de Boris Johnson. Por su parte, Mykhailo Podolyak, asesor del jefe de gabinete de Zelenski, dijo que desde el gobierno seguirán combatiendo a personas y entidades prorrusas que pretendan “desestabilizar al país” o “ayudar a los invasores”.
En tanto, desde Alemania, el jefe de la Armada de ese país, Kay-Achim Schoenbach, renunció a su cargo tras hacer unas polémicas declaraciones en las que había calificado como “sinsentido” la idea de que Rusia pretendiese invadir Ucrania.