Funcionarios estadounidenses denunciaron que Rusia intensificó su presencia militar en la frontera con Ucrania, desplegando el 70% de las fuerzas que necesitaría para una invasión, mientras que el asesor de seguridad de la Casa Blanca, Jake Sullivan, explicó que el envío de 3.000 soldados de su país al este europeo no tiene como objetivo “iniciar una guerra”, sino “defender el territorio de la Otan”.
En declaraciones a periodistas, los funcionarios, que pidieron no ser identificados, dijeron que Moscú ya ha concentrado 110.000 soldados en las fronteras con Ucrania y podría tener capacidad suficiente para invadir en 15 días.
Sin embargo, la propia Presidencia ucraniana consideró ayer que las posibilidades de alcanzar una “solución diplomática” a la crisis con Rusia son “considerablemente superiores” a las de una “escalada” militar. Además, en un comunicado, agregaron que consideran que el objetivo ruso no es una invasión, sino “provocar presión psicológica masiva”.
No obstante, Ucrania y sus aliados occidentales deben “prepararse para todos los escenarios posibles y lo estamos haciendo al 100%”, agregó la nota. Al ir creciendo la tensión por las acusaciones estadounidenses, Rusia negó tener planes para invadir a Ucrania y exigió por escrito a Estados Unidos garantías de que la ex república soviética no ingresará en la Otan, como desea Kiev.
Por su parte, el funcionario estadounidense, Sullivan, explicó que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no quiere “una guerra o pelear una guerra con Rusia en Ucrania” y que el envío de 3.000 soldados de su país hacia el este europeo busca “defender el territorio de la Otan”, pero advirtió que “una escalada militar y una invasión de Ucrania podrían ocurrir en cualquier momento”.