Las cooperativas de energías renovables (eólica, solar, biomasa, entre otras), o basadas en otras tecnologías (vg., biocombustibles, biogás, geotermia, pequeños y medianos aprovechamientos hidroeléctricos, litio), son una asociación de personas que, voluntariamente, se proponen autosatisfacer sus necesidades energéticas por medio de una empresa solidaria civil de propiedad compartida, gestionada democráticamente, sin intermediarios ni fines de lucro.
Estas empresas cooperativas son personas jurídicas privadas no estatales, para generación y distribución de energía. Las mismas no se agotan en la autogestión para la satisfacción de los propios consumos energéticos de sus asociados, si no en generar también ingresos adicionales con la venta de los excedentes de energía, impactando favorablemente tanto en el desarrollo económico personal de sus miembros como en el desarrollo local-regional al abaratar sensiblemente el ‘costo energético argentino’, a la postre insumo básico para toda actividad humana.
Entonces, democratizar el acceso a energías verdes hace al empoderamiento del consumidor, quien ahora también podría generarla desde su casa, predio, geografía o emprendimiento urbano y rural, contribuyendo con las metas de reducción de emisiones y generación de energía a partir de fuentes renovables.
Conforme ratifica el papa Francisco, en algunos lugares, se están desarrollando cooperativas verdes para la explotación de energías renovables que permiten el auto-abastecimiento local e incluso la venta de excedentes.
Nuestro vetusto esquema energético estatal se muestra frecuentemente impotente para asumir, regular y confiablemente, responsabilidades propias en la prestación de sus servicios (Vg., recurrentes cortes, apagones y diversas interrupciones, con gravosas e impunes consecuencias humanas y económicas para los usuarios).
Así las cosas, la instancia cooperativa energética local y regional logra una diferencia substancial cuando en el ámbito de la misma genera mayor eficacia, responsabilidad, menores costos y fuerte sentido personal para el cuidado de la “Casa común”; ello en un todo conforme al objetivo 7. (Energía asequible y no contaminante) de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Por caso, este Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) intenta asegurar el acceso universal a servicios energéticos asequibles, modernos y fiables. Asimismo, aumentar la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas, y duplicar la tasa de mejora de la eficiencia energética.
Concomitantemente, entre nosotros, la ley 27.424 de Generación de Energía Eléctrica de Origen Renovable, declaró de interés nacional dicha generación, disponiendo en su artículo 1° que “la presente ley tiene por objeto fijar las políticas y establecer las condiciones jurídicas y contractuales para la generación de energía eléctrica de origen renovable por parte de usuarios de la red de distribución, para su autoconsumo, con eventual inyección de excedentes a la red, y establecer la obligación de los prestadores del servicio público de distribución de facilitar dicha inyección, asegurando el libre acceso a la red de distribución, sin perjuicio de las facultades propias de las provincias”.
Todo lo relacionado resplandece en la encíclica “Laudato Si” del papa Francisco (24/05/15), faro ecológico sin parangón ya conocida en todo el mundo como la “encíclica verde”, en la que se realiza un llamamiento a toda la humanidad para la búsqueda conjunta de un nuevo paradigma de desarrollo sostenible, más justo y solidario, que entre otras transformaciones, transicionalmente, preste una mayor atención a las demandas y respuestas energéticas locales desde una apropiada transferencia de viejos a nuevos paradigmas.
Por último, estas energías cooperativas verdes hacen a elementos claves, definitivamente irrenunciables, como el “autoabastecimiento” y el cuidado del ambiente, al que dichas cooperativas suman para liberarnos paulatinamente de dependencias energéticas y déficits ecológicos en orden a lograr y restaurar una innegociable soberanía energética, lo más verde posible.