Los actores se alejan cada vez más de las acciones diplomáticas frente al conflicto en Ucrania, que ha escalado tras el reconocimiento ruso de la independencia de dos provincias separatistas. En este sentido, Kiev declaró ayer el estado de excepción y estudia un proyecto de portación de armas, mientras que Estados Unidos anunció nuevas sanciones a empresas energéticas rusas, a lo que Moscú prometió una respuesta “fuerte” y “dolorosa”, y China cuestiona las culpas en el conflicto.
Con amplia mayoría, ayer el Parlamento ucraniano aprobó el estado de excepción en el país durante 30 días. Esto le permite a las autoridades “incrementar la protección” del orden público y de las infraestructuras estratégicas, “limitar la circulación, intensificar la verificación de vehículos y de documentos de individuos”, según explicó el jefe del Consejo de Seguridad Nacional ucraniano, Oleksii Danilov.
Además, los legisladores estudian un proyecto de ley para que los ciudadanos puedan portar armas. Por otro lado, el Ejército ucraniano inició el reclutamiento de soldados reservistas, de entre 18 y 60 años. Actualmente, sus Fuerzas Armadas cuentan con unos 250.000 militares en activos y 200.000 reservistas.
Del otro lado del mundo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció ayer nuevas sanciones en represalia al reconocimiento de Moscú a la independencia de las provincias de Donetsk y Lugansk. Esta vez, la sanción es contra la empresa encargada de operar el gasoducto Nord Stream 2, que une Rusia con Alemania.
En el comunicado donde se informaron las penalidades, Biden aprovechó para agradecerle al canciller de Alemania, Olaf Scholz, por su “colaboración y continua dedicación para que Rusia rinda cuentas por sus acciones”. En tanto, la Unión Europea (UE) espera resolver sus próximos pasos hoy, luego de una reunión extraordinaria a donde están convocados los 27 jefes de los Estados miembros.
Frente a esto, la Cancillería rusa elevó el tono y prometió que “habrá una respuesta fuerte a estas sanciones, no necesariamente simétrica, pero bien calculada y dolorosa para EE.UU.”, a través de en un comunicado. A su vez, evacuaron a su personal diplomático en Kiev.
También China, una voz de peso en la geopolítica, salió al cruce de Estados Unidos. Si bien hasta el martes se habían limitado a pedir “moderación”, ayer eso cambió. Frente a la prensa, Hua Chunying, una vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, dijo que “EE.UU. no ha dejado de vender armas a Ucrania, aumentando la tensión y creando pánico”, y los acusó de “echar leña al fuego”.
Mientras se dan estos cruces, en el este ucraniano ya se reportó la muerte de soldados y civiles, mientras que se calcula que 96.000 personas abandonaron su hogar.