La Policía Ambiental, dependiente del Ministerio de Ambiente y Economía Circular, conjuntamente con el Parque de la Biodiversidad llevaron a cabo una nueva liberación de fauna silvestre a orillas del río Segundo en zona rural de Cosme, en el departamento Santa María.
Se trata de 15 ejemplares que fueron rescatados en distintos procedimientos de control, que luego los asistieron y rehabilitaron en el centro de rescate de fauna silvestre del Parque de la Biodiversidad y una vez obtenida el alta veterinaria regresaron a su hábitat.
Para ello, se evaluó el área de distribución y los requerimientos de hábitat de las especies y se seleccionó esta zona para el regreso a la naturaleza de los individuos recuperados.
Tras cumplimentar con éxito el periodo de cuarentena sanitaria y rehabilitación los ejemplares que tienen una segunda oportunidad de vida silvestre fueron: un zorro gris, una comadreja overa, dos lechuzas vizcachera, cuatro lechuzas de campanario, un carancho, un alicucú, un chimango y cuatro brasitas de fuego.
En esta oportunidad estuvo presente la ministra de Ambiente y Economía Circular, Victoria Flores; el secretario de Policía Ambiental, Adrián Rinaudo, equipos técnicos y personal del Parque de la Biodiversidad de la Municipalidad de Córdoba.
“Llegar a cada liberación de fauna silvestre refleja el compromiso con el ambiente, los recursos naturales y las instituciones, garantizando que cada eslabón del proceso funcione correctamente para cuidar nuestra casa común”, enfatizó Victoria Flores, ministra de Ambiente y Economía Circular.
A lo que agregó el secretario de Policía Ambiental, Adrián Rinaudo: “No es una tarea sencilla poder liberar fauna rescatada porque cada caso es particular, algunos individuos sólo requieren una cuarentena sanitaria para estabilizarse y otros, un esfuerzo mayor de cuidados y rehabilitación. Después poder verlos en libertad es como la frutilla del postre”.

La recuperación
Las aves pequeñas o paseriformes en la mayoría de los casos cuando llegan al centro de rescate, no tienen una herida importante sino que están desnutridas, por haber estado en cautiverio y no llevar una dieta balanceada, o el color de su plumaje es más opaco que el correspondiente.
En estos casos requieren una cuarentena sanitaria más breve para estabilizarlos y alimentarlos adecuadamente y que puedan regresar a su hábitat.
Sin embargo, en otros casos la recuperación lleva más tiempo y esfuerzo porque ingresan con cuadros severos.
Este es el caso del zorrito que ingresó con un traumatismo de cráneo muy grave producto de un golpe.
“Llegó con una herida abierta que comprometía piel y hueso, muy severa, producto de un golpe como un mazazo. Por suerte, comenzó a responder muy bien al tratamiento, su lesión empezó a regenerarse y después de algunos meses está totalmente recuperado”, explicó Melody Bayro, bióloga del Parque de la Biodiversidad.
Similar situación ocurrió con las lechuzas de campanario porque ingresaron muy pichonas de pocas semanas de vida y tuvieron que enseñarle a cazar según informó la bióloga: “Tres de ellas ingresaron muy pichonas, deben haber tenido entre siete y ocho semanas de vida, todavía estaban en plumón y ahora están todas en estadío adulto. Pero hubo que enseñarles a cazar, que musculen, que se recuperen y que emplumen totalmente y hoy ya consiguieron el apto para ser liberadas”.