Juan María Traverso, uno de los grandes pilotos de la historia del automovilismo argentino, murió el sábado pasado a los 73 años. La noticia fue confirmada por la Asociación Argentina de Volantes y por la Asociación de Corredores de Turismo Carretera. El “Flaco”, que peleaba desde hace tiempo con un cáncer, falleció en su casa de Ramallo, la ciudad de toda su vida. Fue allí en donde empezó a coquetear con el deporte motor para convertirse en una leyenda.
Sin embargo, no quisiéramos dejar pasar la oportunidad de recordarlo también con esta nota de archivo. En agosto de 2018, la Revista Miura sometió a Traverso a un clásico de todas sus ediciones: «Los 10». En esta serie de entrevistas a personajes destacados de la cultura automotriz, MiuraMag indaga acerca de los diez autos más destacados y que marcaron la vida de sus protagonistas.
En el caso del Flaco, uno hubiese imaginado que mencionara a muchos autos de carreras que lo acompañaron a lo largo de su exitosa campaña deportiva. Sin embargo, Traverso prefirió poner el foco en varios autos de calle:
- IKA Estanciera: «La tara que tengo con los autos arrancó desde que tengo uso de razón, no me contagió nadie. Cuando era muy chico mi tío me dejaba poner en marcha su Ford ’35 a cambio de que se lo lavara. Pero aprendí a manejar en una Estanciera que era de mi viejo. A los 13 le llenaba el asiento delantero de almohadones (para llegar al volante) y daba vueltas por el potrero adentro del campo. Después ya empecé a salir por los caminos del campo, él venía conmigo. Y así empecé…»
- Fiat 600: «El primer auto que me compré fue una Ford A, pero cada vez que salía a dar una vuelta a la manzana se rompía. Así que el primer auto-auto que tuve fue un 600. Me lo regaló mi abuela, porque el Ford A no andaba ni para atrás. En esa época ya había lindos autos, como el Fiat 1500 o el Peugeot 404, pero para mí eran imposibles. Igual con el 600 estaba feliz.»
- Jaguar Mark IV: «Me pasó algo increíble. Tenía el 600 ese que estaba impecable. Y un día venía por la Avenida del Libertador y me pasa un Jaguar ’47, 4 puertas, impecable. Y yo lo empecé a seguir, lo miraba y lo miraba, tanto que el matrimonio que iba paró. ‘¿Lo puedo ver?’, le digo al tipo, y no sé por qué agregué: ‘¿Lo vende?’ ‘Sí, lo vendo’. ‘Bueno, se lo cambio por el 600’. Y ahí arrancamos a negociar, yo después hablé con mi abuela, fui, vine y al final lo compré. Le dí al tipo el 600 y un poquito de plata y me quedé con el Jaguar ese».
- Torino: «Pero eso no fue todo. De las poquísimas veces que salí a andar en el Jaguar (que prácticamente me había dejado a pata, porque no se podía casi andar), me crucé por la calle con uno que me paró y me lo compró. Era el año 1969, y me acuerdo bien porque con la misma plata me compré un Torino ’68. Así que en dos años pasé del 600 al Torino con un Jaguar en el medio. Mi viejo no me creía. La agarró a mi abuela y le decía: ‘Usted le dio plata’. Y claro, mi viejo tenía un Rambler de los primeros y yo lo pasaba como a un poste cuando viajaba con el Torino a Ramallo… En esa época ese auto era como una Ferrari, llamaba mucho la atención. Lo veía como algo a lo que nunca iba a llegar, y llegué… ¡Y yo era un pibe de 18 años!»
- Chevrolet 400: «Cuando yo dije ‘voy a correr’, mi viejo me echó de mi casa. Me vine a Buenos Aires y me fui a trabajar de remisero a Martínez. Era una época en la que ser remisero era distinto que ahora, se laburaba bien… Una de mis clientas habituales, porque la llevaba todos los días desde La Lucila hasta el Canal 13, era Mirtha Legrand. La primera vez que fui a comer a su programa estuvo todo el tiempo diciéndome: ‘Yo te conozco…”. Y cuando terminó el programa le recordé quién era. Al mes y medio me invitó de nuevo. Las vueltas de la vida».
- Peugeot 405 TC2000: «En todas las épocas tuve buenos equipos y buenos autos. Con Ford, con Renault… pero un gran recuerdo lo tengo de cuando armé el equipo Peugeot desde cero. Franco Macri en esa época era presidente de SEVEL y me dijo: ‘Quiero correr en TC2000. Decime con qué auto querés correr, qué pilotos querés que te acompañe y con qué técnicos. Ocupate’. Fue la única vez que agarré la responsabilidad completa de todo… y al segundo año ganamos un campeonato increíble con el 405. Doce de catorce carreras, no lo podía creer nadie».
- Lamborghini Countach 25 Aniversario: «Yo soy un fanático de las etapas de la vida. Si yo ahora me puedo comprar una Ferrari, no la compro. Porque no me puedo ni subir. Y si me pudiera subir no me podría bajar. Pero tuve la suerte de tener los autos que de alguna manera me gustaban en la etapa correcta. Por ejemplo, una Countach Edición Limitada 80 Aniversario, que la verdad la tenía para mirarla porque ni la usaba. Un aparato extraordinario, pero ya para salir de mi casa me costaba un huevo, porque tocaba abajo en todos lados, era imposible. Pero era el auto que quería tener en ese momento».
- Peugeot 508: «Hace ya bastante tiempo que lo tengo y es el auto que uso para moverme. La verdad es que ya no ando más atrás de los autos deportivos que me gustaban cuando era pibe. Ahora el auto me tiene que llevar cómodo. Y me tiene que llevar y traer. No tolero el auto que me deja a pata. Y el 508 es justamente lo que necesito: no le pasa nunca nada».
- Jaguar XK (2 Gen.): «Es el auto más lindo de todos los tiempos, en todas sus versiones. Siempre fue un auto diferente a todos. Con la línea más complicada, porque el Jaguar no tiene nada recto, todo redondo. Eso sí, no lo choqués, porque no hay forma de arreglarlo. Es un auto al que la gente lo esquiva. En Argentina vale mucha plata y cuando lo vendés no vale nada. Pero bueno, fue el auto que siempre me gustó, y tuve la suerte de comprar uno. Está medio viejo ahora pero lo saco a dar una vueltita cada tanto».
- Mercedes-Benz SL Pagoda: «Durante muchos años fui usuario de Mercedes-Benz, y tenía el que me alcanzaba la guita en ese momento. Porque siempre tuvieron la virtud de que lo comprabas en 10, lo usabas un año y lo vendías en 10. Y nunca te dejaba a gamba. De los que tuve, mi favorito fue la Pagoda, un auto de avanzada. Insisto: tuve mucha suerte».