Ante el avance del coronavirus en el entorno geográfico de las instalaciones en las que se fabrican tanto el lanzador SLS como la cápsula Orion, la Nasa se vio obligada a suspender la producción y pruebas de su cohete y cápsula lunares.
El teletrabajo obligatorio rige para el personal de la Nasa, a partir del 20 de marzo y hasta nuevo aviso, en la instalación de ensamblaje Michoud (Luisiana) y en el centro espacial Stennis (Misisipi). En ambas sedes se reducirá el personal requerido para preservar la seguridad del centro. En cuanto a los viajes, todos quedarán suspendidos. «Estas medidas se están tomando para ayudar a retrasar la transmisión de COVID-19 y proteger a nuestras comunidades», explicó el administrador de la agencia, Jim Bridenstine, en un comunicado.
«Nos damos cuenta de que habrá impactos en las misiones de la NASA, pero a medida que nuestros equipos trabajan para analizar la imagen completa y reducir los riesgos, entendemos que nuestra principal prioridad es la salud y la seguridad de la fuerza laboral de la NASA», añadió.
«No hay un equipo mejor preparado para hacer cosas difíciles. Cuídate a ti mismo, a tu familia y a tu equipo de la NASA», remarcó Bridenstine.
El primer vuelo de cohete SLS con la cápsula Orion está previsto para la segunda mitad de 2021, en el marco del Programa Artemisa, cuyo objetivo es llevar astronautas a la Luna en 2024.