La nave espacial enviada por la NASA para desviar la trayectoria de un asteroide impactó ayer contra su objetivo, como parte de una prueba inédita de «defensa planetaria» que debería permitir proteger mejor a la Tierra de una eventual colisión devastadora con un objeto cósmico.
La nave, más pequeña que un automóvil, se estrelló a más de 20.000 kilómetros por hora contra el asteroide Dimorphos, al que alcanzó a la hora prevista, las 23H14 GMT (20.14 hora argentina), informó la agencia AFP.
Y los equipos de la NASA, reunidos en el centro de control de la misión en Maryland, estallaron de felicidad ante las imágenes espectaculares del asteroide Dimorphos acercándose hasta poco antes del impacto.
La agencia del gobierno estadounidense explicó en un comunicado que «como parte de la estrategia general de defensa planetaria de la NASA, el impacto de DART con el asteroide Dimorphos demuestra una técnica de mitigación viable para proteger el planeta de un asteroide o cometa que se dirija a la Tierra, si se descubre uno», reportó la agencia DPA.
En la transmisión en vivo se pudieron distinguir claramente las rocas en la superficie gris del asteroide situado a unos 11 millones de kilómetros de la Tierra.
«Nos embarcamos en una nueva era, en la que tenemos potencialmente la capacidad de protegernos de un impacto de asteroide peligroso», declaró Lori Glaze, directora de ciencias planetarias de la NASA.
☄️ Por si te lo perdiste ayer (o simplemente quieres revivirlo): estos son los últimos momentos de la nave espacial #DART en su curso de colisión con el asteroide Dimorphos, el cual no representa un peligro para la Tierra: pic.twitter.com/lZZfFKRdNe
— NASA en español (@NASA_es) September 27, 2022
Dimorphos mide unos 160 metros de diámetro y no representa ningún peligro para nuestro planeta.
Es en realidad el satélite de otro asteroide más grande, Didymos, alrededor del cual giraba en órbita en 11 horas y 55 minutos.
La NASA buscaba reducir su órbita en unos 10 minutos para acercarlo a Didymos.
Serán necesarios varios días o quizá semanas para que los científicos puedan confirmar que la trayectoria del asteroide realmente cambió, y lo harán gracias a telescopios en la Tierra que observarán el cambio de brillo cuando el pequeño asteroide pase delante o detrás del grande.
Aunque el objetivo sigue siendo modesto en comparación con el de películas de ciencia ficción como «Armageddon», esta misión de «defensa planetaria» bautizada como DART (dardo) permite a la NASA entrenarse en caso de que un gran asteroide amenace un día con impactar la Tierra.
La nave viajó durante diez meses desde su despegue en California y para alcanzar un objetivo tan pequeño, se dirigió de forma autónoma durante las últimas cuatro horas del viaje, como un misil autoguiado.
Tres minutos después del impacto, un satélite del tamaño de una caja de zapatos, llamado LICIACube y lanzado por DART hace unos días, debía pasar a unos 55 kilómetros del asteroide para capturar imágenes de la colisión, que serán enviadas a la Tierra en las próximas semanas y meses.
El evento también debía ser observado por los telescopios espaciales Hubble y James Webb, que deberían poder detectar una brillante nube de polvo.
Todo esto servirá también para comprender mejor la composición de Dimorphos, representativo de una población de asteroides bastante comunes, y por tanto medir el efecto que esta técnica, denominada impacto cinético, puede tener sobre ellos.
Los asteroides sorprendieron a los científicos en el pasado.
En 2020, la sonda estadounidense Osiris-Rex se hundió mucho más de lo esperado en la superficie del asteroide Bennu.
Actualmente se desconoce la porosidad de Dimorphos.
«Si el asteroide responde al impacto de DART de una manera totalmente imprevista, en realidad podría llevarnos a reconsiderar hasta qué punto el impacto cinético es una técnica generalizable», señaló Tom Statler, científico jefe de la misión.
Y destacó: «Estamos cambiando el movimiento de un cuerpo celeste natural en el espacio, la humanidad nunca había hecho esto antes».
Ninguno de los asteroides conocidos amenaza a la Tierra durante los próximos 100 años.
Se catalogaron cerca de 30.000 asteroides de todos los tamaños en las inmediaciones de la Tierra (se les llama objetos cercanos a la Tierra, es decir que su órbita cruza la órbita terrestre) y cada año se encuentran unos 3.000 nuevos.
Los de un kilómetro o más fueron avistados casi todos, según los científicos, pero estiman que solo conocen alrededor del 40% de los asteroides que miden 140 metros o más, capaces de devastar una región entera.
«Nuestro trabajo más importante es encontrar» a los que faltan, dijo Lindley Johnson, agente de defensa planetaria de la NASA.
Cuanto antes se detecten, más tiempo tendrán los expertos para determinar la mejor
manera de defenderse de ellos, pero la misión DART es un primer paso crucial.
Dijo Johnson: «Es un momento muy emocionante para la historia espacial, e incluso para la historia de la humanidad».
Por su parte, Nancy Chabot, del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins, donde se encuentra el centro de control, sostuvo que «la Tierra ha sido golpeada por asteroides durante miles de millones de años y volverá a suceder. Como humanos, asegurémonos de vivir en una civilización donde podamos evitarlo».
El administrador de la NASA, Bill Nelson, calificó la prueba como un «éxito sin precedentes».
«También es una misión de unidad con un beneficio real para toda la humanidad», subrayó y sostuvo que «a medida que la NASA estudia el cosmos y nuestro planeta natal, también estamos trabajando para proteger este hogar, y esta colaboración internacional convirtió la ciencia ficción en un hecho científico, demostrando una forma de proteger la Tierra».