Cuando falta cerca de un mes y medio para que se cumpla un año del comienzo de la guerra, el conflicto parece estar en una especie de punto muerto, donde ninguno de los dos bandos se saca ventaja, aunque Rusia afirma que ganó una de las batallas mas sangrientas hasta ahora, la de Soledar, el pasado 12 de enero.
Esto seria un paso previo para avanzar hacia la ciudad de Bajmut y doblegar a las tropas ucranianas allí, avanzando en la dirección de Donestk. Contrario a las declaraciones de Moscú, fuentes del gobierno ucraniano acusaron al Kremlin de esparcir “ruido informativo”. Según algunas informaciones, negadas de manera tajante por el Kremlin, quienes llevan adelante las acciones militares en esta región son el Grupo Wagner. Se trata de una red de mercenarios rusos, que, legalmente, no existe, ya que en Rusia es ilegal la contratación de servicios militares mercerizados. Tuvieron cierto protagonismo en la lucha contra el Estado Islámico en Siria, y contra grupos terroristas en la región del Africa Occidental.
En este marco, el pasado lunes renunció la ministra de Defensa de Alemania, Christine Lambrecht. La funcionaria del gobierno socialdemócrata de Olaf Scholz ya enfrentaba fuertes cuestionamientos debido a algunos pasos en falso, pero el día que eligió para dimitir coincidió con el comienzo de entrenamientos impulsados y dirigidos por Washington, destinados a tropas ucranianas. La Casa Blanca pretende que el gobierno alemán envíe más tanques, armamento, y ayuda militar a Ucrania. Dentro de la coalición occidental crecen voces respecto de la necesidad de impulsar una salida negociada del conflicto, ya que, por ahora, parece imposible una resolución militar favorable en el mediano plazo. En Rusia sucede algo similar, el mismo Putin se expresó en este sentido en diciembre pasado, afirmando que: “todos los conflictos terminan de una forma u otra en la vía diplomática, tarde o temprano, las partes en un estado de conflicto se sientan y llegan a un acuerdo”, para luego agregar que el objetivo ruso “no es agravar el conflicto militar, sino, por el contrario, poner fin a esta guerra, cuanto antes, mejor”, ya que “la intensificación de las hostilidades conduce a pérdidas injustificadas”.
Tras la renuncia de la ministra de Defensa, el martes se reunieron en el Foro Económico Mundial, en Davos, el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, y el ministro de Economía y Clima alemán, Robert Habeck. De acuerdo con Kiltschko, “pronto habrá buenas noticias”, ya que Habeck le prometió “mas apoyo y ayuda a Ucrania”, más específicamente, “transferencia de armas”. En ese sentido, el ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, James Cleverly, aseguró que es momento de “intensificar la ayuda militar a Ucrania” más allá de las criticas: “Es mejor que nos aseguremos de que esta sea la fase final, aunque haya voces que digan que gastamos mucho dinero y que estamos donando mucho equipo militar”. Según la lectura que están haciendo los analistas militares de la OTAN, es “un momento único” para Ucrania en la guerra en lo que respecta a lo militar, por lo que, como aseguró Cleverly, buscarán ahora “intensificar” el apoyo.
Mientras tanto, la primera ministra finlandesa se muestra “confiada” respecto de que pronto su país podrá ingresar a la OTAN junto a Suecia, a pesar del rechazo de Turquía.
No obstante, no está del todo claro que efectivamente Kiev se encuentre en un momento tan superior a Moscú en la guerra. Lo cierto es que, por lo pronto, la salida diplomática parece muy lejana, más cuando Occidente presiona con el envío de armas o se producen hechos como los del último fin de semana, donde la artillería rusa bombardeó objetivos civiles en la ciudad de Dnipro, lo que provocó el repudio de la Unión Europea y del gobierno de Zelenski, que incluso criticó al “pueblo ruso”, y no sólo al gobierno. Se trata de un conflicto donde ambas partes han cometido actos terribles que incluyen el asesinato de civiles tanto rusos como ucranianos. (Arestovich, asesor de Zelenski, debió renunciar tras decir que la destrucción del edificio donde había civiles en Dnipro fue causada por la defensa antiaérea ucraniana y no por las bombas rusas).
A medida que la guerra avanza y recrudece aumentan las comparaciones entre lo que sucede en Ucrania y los enfrentamientos que se produjeron entre distintos países previo al comienzo de la primera Guerra Mundial. En aquel momento, no se logró evitar ni resolver los enfrentamientos bélicos focalizados, lo que terminó arrastrando al resto del mundo. Ese es el principal temor hoy, tanto de los analistas como de los dirigentes.
A medida que avanza, es cada vez más difícil lograr el cese de hostilidades de manera diplomática y pacífica. De que eso se logre dependerá, nada mas y nada menos, gran parte del futuro de la Humanidad.