En Villa Allende hay una Casa Rosa cuyas paredes albergan las palabras. Si se hace silencio y se presta atención, se descubre en los rincones el murmullo de los poemas , la cadencia de los relatos, el susurro de haikus…
Desde hace más de tres décadas, Florencia Amalia Gordillo (77 años) reúne alrededor de su mesa a un grupo heterogéneo de gente en lo que se refiere a edad, sexo, profesión, pero en el que prevalecen los viejos . Tienen un objetivo en común: escribir, acaso escribir porque sí para dejar que la palabra en potencia y desde estímulos de distintas disciplinas del arte, despierte la motivación interior y los conduzca a la creación y al juego.
“La palabra que es soplo, fluir, río, manantial, pulso, meditación, intimidad, revelación, privilegio, movimiento, epifanía, comunicación de sentimientos y emociones, y tantos enunciados más, es la herramienta que sin buscar el porqué del acto de crear, hace posible desentrañar el mundo interior y habitar el misterio de la palabra” nos dice Florencia .
“Una vez a la semana –agrega- nos espera este espacio, en el cual somos los acróbatas de las palabras, las que nos permiten jugar, asociar, comunicar, escuchar y escucharnos, interactuar, enriquecernos con las vivencias de las voces jóvenes y transmitir el saber que encierran los años de la vejez”.
El Club de la Porota se puso a espiar en los archivos de la Casa Rosa para compartir algunos (pocos) textos. Los disfrutemos juntos.
#1
La poesía, aun en las épocas más trágicas de la humanidad ha encontrado su lugar.
La sensibilidad del poeta ha servido para reflejar a través de todos los tiempos, la denuncia, la protesta, la espiritualidad, el amor, la belleza, la emoción, el dolor, el amor, la guerra.
La poesía es la voz individual, íntima de cada escritor. Podrá variar el formato pero el mensaje de sus palabras va a perdurar.
(Edi Despontin, 85 años)
#2 El arte de crear
El título es desafiante.
¿Cómo escribir sobre algo que no sabemos si existe?
No somos dioses, avanzamos sobre huellas, algunas nítidas- no las podemos acallar- ; otras borrosas que preferimos desconocer.
Entonces ¿qué es el acto de crear? ¿Sólo un simulacro?
Crear es recrear, re-nacimiento perpetuo, movimiento circular, pobres pero hijas del tiempo.
Como nosotros.
(Liliana Aguiar, 82 años)
#3
Ese lenguaje
que desliza
y ajusta
se adhiere sin palabras
y empapa vida
la mía y la de otros
en el bastidor de las horas.
(María E. Matiello, 78 años)
#4
Ah! La palabra está siendo mancillada por la estupidez,
ahogada por los resentimientos,
enfriada por la repetición,
asustada por la comunicación electrónica.
La poesía representa la posibilidad de sentir:
el agua como llovizna,
el aire en la inspiración,
la tierra en hogar.
La poesía tiene la posibilidad de convertir:
las vacuidades en horizontes.
los besos en pétalos,
los abrazos en
amaneceres,
las risotadas en sonrisas.
La poesía tiene la posibilidad de convertir
los instintos en compromisos,
las palabras en caricias,
las trabas
en deseos.
(Gustavo Daniel Sosa, 70 años)
#5
Mi palabra se fue al poema
sin pensarlo.
En la redondez de un cántaro
depositó la simiente , adentro,
guarda el rescate de lo ya vivido.
El alboroto de palabras encerradas,
escaparán uniendo espacios.
Unirán aciertos
(María Cristina Díaz 90 años)
#6
Soy un eterno
Y enmarañado ovillo de nervios
tendones
arterias
palabras.
Soy.
( Ana María Moncada, 78 años)
#7
Manos y arcilla
pequeñas y poderosas,
acariciando el mundo hacia el recipiente,
la casa que contiene la vida,
el instrumento feroz de las batallas.
Todo vino de ellas.
Hasta aquí,
hasta este escritorio,
este lápiz,
este papel .
(Enrique Arnoletto, 71 años)
#8
Después de las guerras,
después de las muertes,
algunos poetas escribirán poesía
Con pocas palabras denunciarán
el desgarro
la ferocidad,
la inocencia mutilada,
la tierra estéril, las flores sin perfume
la ilusión inútil.
Otros llamarán al amor,
que sana, que cicatriza,
que da esperanza, que limpia la tierra,
que ilumina sonrisas.
La misión de la poesía será más bien
iluminar el camino.
(María Cristina Gordillo, 85 años)
#9
El arte de crear
yo no sé qué fuerza
me lleva a la palabra
quizás la corriente donde nací
yo no sé qué interiores
hoy
desnudo sobre el papel
quizás la voz incendia
la humedad de mi alfabeto
no sé si es por mí
no sé si es por otros;
pero hay un deseo imperioso
que necesita volar en letras compartidas.
(Cecilia Echenique, 68 años)
#10
Crear es hacer algo a partir de otro algo. Podemos crear vida que sería lo superlativo. Uno crea constantemente. Crea vínculos desde que se nace, que en la edad adulta va tomando otra dirección y aquí aparece otra vez el amo, el que siempre está presente en nuestras vidas , a veces es mutuo y otras veces genera un vacío y hace que nos movamos en otra dirección porque sino caemos en un círculo que va girando en el sentido de las agujas del reloj . Vamos buscando respuestas para tratar de salir de ahí y cuando parece que ya tenemos la solución volvemos al punto de partida… a intentar crear nuevamente.
(Monona Minoldo, 66 años)
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