Un llamativo error

El ojo de Horus

Un llamativo error

Luego del inolvidable acuartelamiento policial ocurrido en Córdoba hace algo más de diez años, cuando agentes de la fuerza se levantaron en reclamo de un mejor salario (ante la indiferencia de Oscar González y Alejandra Monteoliva), y de un 3 y 4 de diciembre de 2013 de terror con delincuentes que circulaban por las calles de la ciudad como una manga de langostas saqueando y robando todo a su paso, el entonces gobernador José Manuel de La Sota cambió por completo la cúpula de la fuerza policial y nombró como Jefe al locuaz y extrovertido Julio César Suárez, quien permaneció en el cargo hasta finales de 2015, pero que quedó en la memoria por las razzias y corralitos con un montón de detenidos en barrios marginales, además del descubrimiento del robo de armas del depósito del subsuelo de la Jefatura.

Suárez se mostraba como un «duro» y seguramente tenía la fantasía de pasar a la historia como un prócer que había puesto orden en la ciudad. Pero una las consecuencias de su modus operandi fueron siete casos de gatillo fácil en pocos meses. Uno de ellos ocurrió en julio de 2014 en Los Cortaderos, se trató del espantoso crimen de Guere Pellico. En aquel momento el periodista Dante Leguizamón realizó una excelente cobertura que enfureció al temperamental jefe que lo llamó para decirle: «No mientas más. Yo mismo me voy a encargar de vos». Casi cuatro años más tarde, y tras la denuncia penal presentada por Leguizamón, con el patrocinio del abogado Claudio Orosz, la Cámara Cuarta del Crimen lo condenó por coacción a 2 años y 2 meses de cárcel condicional.

Sin embargo, Suárez volvió a ser noticia en julio de 2018 cuando fue detenido por manejar un auto que había participado de un siniestro vial en el que falleció una niña. Así, tras el allanamiento a su casa imputaron al ahora ex funcionario judicial por tenencia ilegal de arma de guerra. Hace algunos días, y por este delito, Suárez (en un juicio abreviado) fue condenado a 2 años y 6 meses de prisión condicional, por la Cámara del Crimen de Río Tercero. La modalidad de la pena llamó la atención porque el Código Penal establece claramente que nadie que cometa un delito culposo puede recibir dos condenas en suspenso en menos de ocho años, ampliándose ese tiempo a diez años para los delitos dolosos. O sea, Suárez recién pudiese haber recibido una segunda condena condicional a partir de 2028. Pero… ¿qué pasó entonces? Si todos los registros y antecedentes figuran en el sistema del Poder Judicial, ¿los jueces y la fiscalía no lo advirtieron? Tal vez haya sido un «descuido» que el Superior Tribunal deberá revisar. Por ahora y mientras tanto, resulta inevitable pensar que se habría tratado de un llamativo error.

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