Uno de los primeros juicios importantes del 2025, se hará en la Cámara Undécima a partir del miércoles 12 de febrero y será por las presuntas estafas de las viviendas prefabricadas Zenit. Esta causa judicial investigada por la fiscal Daniela Maluf, se hizo muy conocida porque uno de los imputados es el locutor de Jesús María Cristian Bazán. Los damnificados son 42, pero 35 de ellos cuentan con el patrocinio de la abogada Marina Romano como querellante.
La acusación es por asociación ilícita y estafas, y el presunto jefe de la organización es Martín Cuestaz, quien de probarse los hechos podría recibir una dura condena de cárcel efectiva. Pero también es complicada la situación de Bazán, quien figura como organizador de la asociación. Si bien él siempre se defendió aduciendo que era un “instrumento publicitario contratado” y que había sido estafado en su buena fe, habría tenido una participación activa en al menos ocho casos de estafa. El reproche penal es que atraía a clientes que confiaban en su imagen y trayectoria, y así picaban el anzuelo para comprar una casa que jamás recibirían. Pero además, Bazán había sorteado una de estas viviendas en su programa televisivo Me la Juego, resultando ganadora Lourdes Figueroa quien nunca recibió el premio porque según le dijeron “se habían vencido los plazos” para la entrega. Además de Cuestaz y Bazán, serán juzgados Valentina Bonilla, Matías Díaz, María Gómez, Mario Pereyra Isuani y Paula Pérez.
Las primeras denuncias fueron presentadas en el 2022, y según estimaciones, en aquel momento las defraudaciones llegaban a los $18.000.000, sumando dinero e incluso autos con los que algunos estafados habían hecho los pagos de las cuotas. Las pruebas son muy firmes y sobran las fotos y filmaciones de víctimas entregando fajos de dinero, con los barbijos puestos por la pandemia. De hecho, uno de los damnificados es Héctor Chazarreta, un reconocido ex futbolista del club Talleres.
Así las cosas, la querellante pretende además avanzar con la acción civil para recuperar el dinero sustraído y también la reparación por el lucro cesante y el daño moral. El perjuicio que sufrieron fue importante, ya que la mayoría de los afectados son gente humilde y con escasos recursos, que nunca imaginaron que el sueño de la casa propia que compraban en realidad era una gran mentira.