Instituto Confucio: Desembarca el Dragón en Córdoba

Instituto Confucio: Desembarca el Dragón en Córdoba

Producto de una serie de acercamientos oficiales desde hace unos años, la Universidad Nacional de Córdoba albergará próximamente la tercera sede del  Instituto Confucio y la primera del interior.

El instituto Confucio es una institución de origen chino dedicada a la promoción de la lengua y la cultura de dicho país. Estableciendo un paralelismo, podríamos decir que es el equivalente chino de la Alianza Francesa, la Dante o el Goethe. Surgida en 2004 con una primera sede en Corea del Sur, el Instituto Confucio cuenta a la fecha con más de 500 sucursales distribuidas en todo el mundo. El mecanismo básico de vinculación se establece en todos los casos en tres partes: Hanban (Oficina Internacional del Consejo del Idioma Chino), una universidad china y una universidad del país anfitrión. Hasta ahora, solo dos universidades albergan el Instituto Confucio en Argentina: la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad de la Plata, la llegada a la UNC abre un nuevo horizonte de oportunidades en la Docta”.
¿Por qué el nombre de Confucio? Debido a que, básicamente, estamos ante el padre” del pensamiento chino. Contemporáneo a Shakyamuni (Siddhartha Gautama o Buda), Confucio (551 a. C – 479 a.C) se ha constituido como el máximo exponente cultural de China y su referente a nivel mundial. Sus enseñanzas contenidas principalmente en las Analectas” (Lun Yu) sirvieron de cimiento para lograr la estabilidad, orden y armonía social que tanto anhelaba la civilización china en medio de una época de tumultuosas guerras y desordenes durante la larga dinastía Zhou (1122 a.C- 249 a.C). Es específicamente en parte del periodo de Primavera y Otoño” y comienzos de los Reinos Combatientes” donde la humanidad atestigua la aparición de una de las figuras más importantes de la cultura universal, Kongfuzi”, romanizado finalmente como Confucio.
En el marco de la actual guerra comercial entre la disputada hegemonía de Estados Unidos y el ascenso de la República Popular China en nuestros días, no es de extrañar que los recelos y acusaciones se liberen sin frenos hacia este último. En este sentido, estos centros de enseñanza han sido blancos de numerosas críticas y acusaciones que no han hecho otra cosa sino poner en entredicho la finalidad de los mismos. Así por ejemplo, la Universidad estatal de San Francisco, la Universidad de Minnesota( y muchas otras)cortaron lazos rápidamente tras el conflicto del gigante tecnológico Huawei que involucró al trío EE.UU- Canadá – China y luego de críticas de profesores universitarios sobre la necesidad de asegurar la libertad de expresión.
Trasladándonos a otras partes del globo, el año pasado la Universidad Vrije de Bruselas (Bélgica)decidió cerrar el instituto chino luego de acusaciones que señalaban al politólogo y ex director Song Xinning, de espionaje y atentar contra la seguridad nacional, prohibiéndole posteriormente su ingreso al espacio Shengen (22 países de la Unión Europea + Suiza, Noruega, Liechtenstein, Islandia).Situaciones similares se vivieron en otros países como Suecia, donde se acusó al Instituto Nórdico Confucio de llevar adelante actividades secretas de vigilancia y propaganda. Un caso llamativo lo presenta Japón, cuya desconfianza generalizada estableció que los Institutos Confucio se vinculasen solo con universidades privadas, excluyendo a las públicas (de gestión local) y nacionales. Para avivar más el fuego, en 2017 se estrenó En el nombre de Confucio”, un documental canadiense que apunta hacia los escándalos y polémicas internacionales en torno al Instituto. Tras su estreno, fue merecedor de diez premios y nominaciones a nivel mundial, incluso logró ser proyectado en los parlamentos de Dinamarca, Australia y Reino Unido.
Sin embargo debemos aclarar que no es posible realizar una acusación generalizada hacia los más de 500 institutos. En América latina, tomando el caso particular de nuestro país, las actividades en las dos sedes se han desarrollado con absoluta normalidad. Junto a las clases de idioma, los institutos Confucio dictan clases de caligrafía, pintura, recorte de papel, seminarios de cultura, becas a China, etc.
Caer rápidamente en la paranoia” y cacería de brujas” no hace otra cosa que, además de mostrar un claro desconocimiento respecto a la comunidad china en Argentina, alimentar la famosa teoría de la amenaza china” o amenaza roja”, según la cual, China supone una seria amenaza para la seguridad y estabilidad internacional, por lo tanto, su ascenso no puede ser pacífico. Esta teoría estuvo de una forma u otra apoyada por teóricos de las relaciones internacionales como Mearsheimer, Hunington, Kagan, entre otros, quienes no han logrado del todo ser capaces de dar una respuesta definitiva a las actuales encrucijadas que afronta el panorama internacional, dejando en evidencia las flaquezas que aquejan a la academia. Como bien señala Yan Xuetong, decano del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Tsinghua, una revisión por la profundidad del antiguo pensamiento político chino permitiría un valioso enriquecimiento de la moderna y occidental teoría de las relaciones internacionales.
En resumen, una mirada multicultural nos invita a apreciar las diferencias que nos presenta aquel otro” ajeno a nuestra cultura y sociedad, y por tanto, esta mirada enriquecedora siempre implicará una introspección hacia nosotros mismos. Debemos entender por lo tanto, que el deseo de un país de extender más allá de sus fronteras su cultura y valores domésticos (expresados a través de películas, música, deportes, lengua, entre otros)así como instituciones, resulta de vital relevancia para las naciones, constituyendo lo que en el campo de las relaciones internacionales se denomina soft power”(poder blando). Por este motivo, no resulta extraño el expansionismo cultural” de China, quien no parece jugar muy diferente de sus pares el juego de la política mundial. En última instancia, dependerá siempre de nuestras autoridades académicas y políticas delimitar la metodología, características y el grado de cooperación educativa- institucional que desea alcanzar con su contraparte.

 

 

 

 

 

 

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