Pablo Tosco, fotógrafo cordobés premiado en el mundo

Pablo Tosco fue distinguido con World Press Photo en la categoría Asuntos contemporáneos. La selección final configuró una secuencia que va de la desolación total, a la última esperanza post pandemia. La peculiaridad del fotoperiodismo en tiempos de pura imagen

Pablo Tosco, fotógrafo cordobés premiado en el mundo

Por Franco Gatica

Conmovedoras, absurdas imágenes. Un león marino juega con una mascarilla anti covid en el fondo de un centro de buceo; Minneapolis arde en la noche tras la negra agonía de George Floyd bajo la rodilla blanca del policía Chauvin; el incómodo ¿trabajo? de trasladar una jirafa en barcaza en alguna parte de Kenia. Entre tantas fotografías que el 2020 arrojó, se destaca «Yemen: el hambre, otra herida de guerra».

El instante congelado por Pablo Tosco forma parte de la secuencia de alto vuelo propuesta por el World Press Photo, la organización con sede en Ámsterdam que, desde 1995, difunde lo mejor del fotoperiodismo.

La fotografía galardonada muestra a Fátima y a su hijo, preparando una red de pesca en un barco en la bahía de Khor Omeira, Yemen. A pesar de que su pueblo fue devastado por el conflicto armado, ella regresó para reanudar su medio de vida, comprando una embarcación con el dinero que obtuvo de la venta de pescado.

Desde que se desató la guerra en la región, más de 100.000 personas murieron. Cuatro millones debieron abandonar sus lugares y el número de gente que necesita diariamente agua, comida y refugio supera los veinte millones. Sólo son números redondos. «Estas cifras describen la tragedia, pero no la explican”, dice Tosco.

El fotógrafo sobre Yemen: «Seis años en los que la población ha afrontado la tragedia de la guerra, destrucción, pérdida de vidas, desplazamiento forzoso, colapso del país y hambre, la otra herida de este conflicto.”

¿Quién es este fotoreportero que ha recorrido parte de la periferia del mundo? ¿Qué historias e instantáneas fue a buscar tan lejos? ¿Qué circunstancias lo colocaron en Yemen?

Tosco, licenciado en comunicación social por la Universidad Nacional de Córdoba, se presenta en su web de manera sucinta: foto-videoperiodista argentino enfocado en contar historias de los sin voz.

Volcado hace tiempo sobre los márgenes, ha retratado la intensidad con que se sobrevive en África: momentos de la vida cotidiana en los campos de refugiados sudaneses en Chad, entre otras experiencias.

Quizá exista una paradoja en torno al fotoperiodismo. Por el lugar que ocupa y por cierta tradición, tanto en su elaboración como en su destino, posiblemente demande una lectura profunda y detenida, a pesar (o precisamente por ello) de estar compuesto por imágenes en un mundo donde prácticamente todo se ordena a partir de lo visual.

¿Qué es lo que convierte a este oficio en algo tan disímil al resto de los formatos?

En tiempos de sobredosis de imágenes que nos terminan por anestesiar, el desafío es hacer una pausa y desarrollar historias que expliquen las causas y nos hagan reflexionar”. Tosco concibe su trabajo como un estar-ahí. El tiempo compartido con los retratados, la ligazón con el entorno natural y social, están en el centro de la práctica: Los reportajes deben ser las huellas de esos encuentros”.

Sobre la fotografía

Tosco ha dicho que Fátima, la enigmática mujer al mando de la barca, estuvo recluida en un campo de desplazados por la guerra. Una nueva paradoja: el fotógrafo, tan cercano y unido a los protagonistas de las historias en las que se involucra, no llegó a conocer el rostro descubierto de la mujer. Ella le dio la foto, pero no su imagen.

El equilibrio perfecto de la composición, el aire distópico creado por el misterio de los personajes, la fuga que la línea de boyas dibuja. Una escena de suspenso. Una suspensión del tiempo. La imagen recorrió el mundo.

Oxfan Intermón, la organización no gubernamental española de cooperación para el desarrollo en la que el cordobés participa, está haciendo lo posible para alcanzarle a Fátima una impresión de la fotografía.

El primer abrazo”. De entre las 74.000 imágenes que fueron presentadas por unos 4.300 fotógrafos de todo el mundo, el premio principal fue para el danés Mads Nissen. La fuerza de un abrazo entre anciana y enfermera, ambas figuras recortando los plásticos interpuestos entre nosotros y el mundo desde marzo 2020. Para el jurado la foto simboliza la esperanza frente a la pandemia. Fue tomada en São Paulo, Brasil. Esperanza, Brasil, dos términos que contra todo persisten en continuar unidos.

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