Charles Darwin en la calle Florida

Por Roy Rodríguez

Charles Darwin en la calle Florida

Ahora estoy viviendo en la casa de un muy hospitalario mercader inglés. Me parece bastante extraño estar escribiendo en una casa amoblada con muebles ingleses y ver a una dama preparando el té”.

Charles Darwin le escribe a su hija Caroline, desde Buenos Aires. Lo hace desde una habitación de la casa de Edward Lumb, y cuenta parte de sus viajes a caballo desde las márgenes del río Negro. Está preocupado por los huesos. Y habla de la inmensidad de la pampa, de la dieta de los soldados en los fortines, donde sólo comen avestruces y guanacos”, de los aires y los cielos. De la llanura. Un mar de otro color”.

Edward Lumb llegó a Buenos Aires en 1820. Tenía apenas 16 años. Comenzó a trabajar en la casa Nicholson & Green Co. Y cuando, en 1833, Darwin, después de recorrer la llanura a caballo con algunos huesos prehistóricos a cuestas, llega al puerto, será el encargado no solo de hospedarlo sino de realizar los trámites necesarios para que los huesos terminen en Londres. Ya es un comerciante acaudalado. Vive en una casa solariega sobre la calle Florida. Muebles ingleses y té a las 5 PM.

En Guardia del Monte encontré algo más de la armadura del gigante Megatherium, que me resultó muy interesante, ya que conectaba la geología de las diferentes partes de la Pampa. También en Bahía Blanca encontré algunos huesos más perfectos, de hecho, uno es casi un esqueleto completo”, escribe Darwin.

La idea del científico es enviar a Europa los cajones con huesos. Cuenta que Juan Manuel de Rosas le facilitó caballos para su recorrido, mientras lideraba la persecución de nativos hasta las puertas de la Patagonia. Es muy barato viajar en este país, solo tienes que llevar un amigo guía que te proteja”, escribía.

Las cartas entre Coroline y Darwin, y las posteriores con el propio Edward Lumb, fueron publicadas a lo largo del tiempo gracias al proyecto The Darwin Correspondence”, un emprendimiento que se inició en 1974 y que tiene por objetivo ubicar y publicar toda la correspondencia que el naturalista inglés intercambió entre 1809 y 1882.

En dos de las cartas que Darwin escribe a Lumb se preocupa para que los huesos de un animal prehistórico de más de seis metros lleguen a Londres. Pero también deja ver su interés por lapolítica de la Argentina y otros intereses británicos en el río de la Plata.

En marzo de 1934 escribe desde Valparaíso: Tendré curiosidad por escuchar lo que dice el sabio gobierno de Buenos Ayres en la ocasión, supongo, «una revuelta justa» y sus pobres súbditos gimiendo bajo la tiranía de Inglaterra», etc. Cuando escribas debes contarme todos los chismes. ¿Cómo va el señor Griffith y su nuevo ministro? ¿Cómo les va a los indios contra el César Rosas?

Habla del alzamiento liderado por el gaucho Antonio Florencio Rivero, Darwin. Que terminó con el asesinato de Matthew Brisbane, un agente y explorador británico que decía trabajar defendiendo el patrimonio de Luis Vernet. Y del dominio británico sobre Malvinas. Se refiere también al nuevo ministro plenipotenciario para el Río de la Plata: Hamilton Charles James Hamilton y al cónsul Charles Griffith, brazos políticos de Inglaterra en Buenos Aires. En el mismo plano de sus intereses políticos sitúa la de los nativos y su lucha contra el César Rosas”. Los informes de Darwin decían que miles de nativos preparaban un gran ataque sobre el ejército de Rosas durante ese verano.

Edward Lumb cumple y embarca los huesos. Y los años lo convierten en un distinguido miembro de los intereses imperiales en el Río de la Plata.

Darwin no regresó. Tampoco pudo confirmar la existencia de huellas prehistóricas a orillas del Carcarañá, donde -había oído- los lugareños hacían corrales con huesos gigantescos.
La casa de los Lumb en la calle Florida vio nacer más de 10 hijos, que a determinada edad seguían las huellas de Darwin: viajaban a Londres a estudiar.

Durante los últimos años del gobierno de Rosas, Lumb era considerado el británico más rico de Buenos Aires. Pero fue con Bartolomé Mitre que sus negocios llegarían al clímax: en agosto de 1861 presentó un proyecto para construir un camino de hierro” entre Buenos Aires y Chascomús. Días más tarde, el 17 de setiembre, Justo José de Urquiza se retiró de la batalla de Pavón, dejando la victoria en manos de Mitre, que, en diciembre, asumió como presidente provisional.

La Legislatura aprobó el proyecto de Lumb el 27 de mayo de 1862. Y en junio se firmó el contrato con el nuevo presidente. La Buenos Aires Great Southern Railway” tenía entre sus socios a la Baring Brothers. El 27 de setiembre, Lumb fundó, además, el Bank of London, Buenos Ayres and River Plate. Ocho días más tarde el Colegio Electoral designó a Mitre. Electo, gobernaría Argentina hasta 1868.

Lumb murió en Carshalton, sur de Londres, en 1872. En sus últimos años recibía desde Buenos Aires algo más que cajones con huesos o cartas. El edificio del Bank of London presidía la esquina de Piedad y Reconquista, en la capital argentina.

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