Chile: las mujeres y las elecciones presidenciales

Por Jaqueline Vasallo

Chile: las mujeres y las elecciones presidenciales

El ballottage en Chile se acerca y muchos, desde este lado de la cordillera, esperamos con inquietud sus resultados. Lo cierto es que el candidato de la derecha, José Antonio Kast, quien tiene ideas misóginas y xenófobas que promete materializar en políticas públicas concretas que implicarán un retroceso en materia de derechos, genera preocupación en los feminismos y los movimientos de mujeres no solo de Chile, sino de la región.

¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI un partido político postule tirar por tierra conquistas que llevaron décadas de trabajo y militancia de gran cantidad de mujeres chilenas?

Para repasar los complejos procesos que atravesaron las mujeres que habitaron y habitan el país vecino, nada mejor que dejarse llevar por el trabajo de una joven historiadora, María José Cumplido, quien en 2017 publicó “Chilenas. La historia que construimos nosotras” (Sudamericana), en el que podemos hallar esbozos de las vidas de una serie de mujeres que la autora identificó como “esenciales” para la historia del país.

Recuerdo que este libro lo compré en Santiago de Chile, nada menos que en noviembre de 2019, en medio de las protestas populares y de la sanguinaria represión que el gobierno de Piñera llevó adelante. Había muchas mujeres en la calle por aquellos días, de todas las edades, pero por sobre todo jóvenes, y muchas de ellas fueron violadas y heridas por las fuerzas represivas del Estado. Justamente, compré este libro para poder comprender mejor el presente de esas jornadas acuciantes, pero no recuerdo si lo hice antes o después que los militares se apostaran con una tanqueta frente a la universidad en la que estaba trabajando junto a otros colegas y apuntara a la puerta de entrada, a sabiendas que éramos muchos los que estábamos dentro. O cuando la policía de investigaciones decidió acompañarnos durante toda la estadía en la puerta del hotel, con un despliegue de numerosos efectivos y varios coches.

Lo cierto es que hoy tengo el libro que publicó María José, y en sus páginas puedo encontrar historiadas de vidas de mujeres que fueron puestas en el centro del relato y como protagonistas, donde no faltan dificultades y prejuicios que tuvieron que enfrentar, pero también el logro de muchos de sus sueños que compartían colectivamente.

Mujeres de clase alta, baja y media que vivieron en la época colonial, pasando por el siglo XIX hasta llegar a la dictadura de Pinochet. Mujeres como Margot Duhalde y Eloísa Díaz, las primeras en tener una carrera universitaria; Inés Echeverría, quien luchó para que muchas mujeres pudieran reunirse en espacios públicos durante la primera mitad de siglo XX; o Martina Barros, quien, para esa misma época, traducía libros sobre feminismo. Sin olvidar la abogada Elena Caffarena, que luchó, junto a tantas otras, por la obtención del voto femenino.

A propósito de la lucha por el voto, de la que también formó parte Inés Echevarría, Cumplido señalaba en su libro, más precisamente en la página 79, que hoy en día la discusión por la incapacidad de las mujeres para votar “puede parecer absurda, pero a principios del siglo pasado gran parte de la población pensaba que las mujeres no eran intelectualmente capaces para asumir este tipo de responsabilidades”.

Ciertamente, ni la autora ni las mujeres contábamos con que este derecho fuera cuestionado recientemente por el diputado electo Johannes Kaiser, del ultraderechista Partido Republicano de Chile. Sin lugar a duda, un cachetazo para la sociedad chilena. Pienso en el malestar de mis queridas amigas chilenas, brillantes en su profesión, feministas, con quienes me unen lazos sororos, pero también en Inés Echeverría y en la frase que le dejó a un periodista en pleno 1932, cuando le preguntó por el beneficio que la mujer obtendría por votar: “Entrará a elegir y con eso está todo dicho”.

A entrar a elegir, amigas y que le próximo domingo sea una fiesta.

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