Desde el cuerpo hasta la psiquis

Por Cezary Novek

Desde el cuerpo hasta la psiquis

Una lectura sobre Evribadi uonts tu rul de Word, primer libro de relatos de Marie Miy (Borde Perdido, 2021).

Una mujer que quiere ser integrada en una selecta comunidad mística, un sujeto que convive con extraños seres espectrales y la irrupción del novio de una tía afectan al protagonista de manera transformadora, para luego resetearse todo con un final inesperado: un hijo que va a lo de sus padres con un propósito secreto, una chica que es llamada permanentemente por teléfono por un amigo que, desde una localidad remota, busca llamar su atención después de años de ausencia. Esas son las tramas de los cinco relatos (Fangore, Matador, Taurus, Inter sombras y Ioggineta) que conforman Evribadi uonts tu rul de Word, un título que juega con la fonética de la canción de Tears For Fears, Everybody wants to rule the world, y a su vez también con la idea de encontrar un dominio total de la palabra (Word). El lenguaje, como herramienta para conquistar el mundo, ya que lo construye, lo reinventa.

El ritmo veloz de la prosa narrativa se frena de manera periódica y abrupta con enunciaciones y variaciones de enunciados, encontrando un interesante staccato musical en la sintaxis. Se entremezclan en los relatos de Marie Miy una vertiginosa conciencia total de la sustancia que rodea a las y los protagonistas junto con esas enumeraciones que recuerdan por igual a ciertos textos de Georges Perec y Julio Cortázar. El realismo y el extrañamiento que se tejen en estos relatos no rompen con la verosimilitud, pero rozan lo fantástico desde lo estilístico, llegando a producir una sensación de perturbadora verosimilitud. La respiración y el movimiento parecen acompañar y marcar el ritmo de estas historias, que también se pueden leer como una continuidad, aunque sean personajes y situaciones diferentes.

Con una propuesta más que interesante y fresca, la escritura de Marie Miy se caracteriza por la rúbrica de una voz joven y singular que muestra a personas en situaciones indefinidas, a medio camino entre el limbo y el desenlace trunco, aguardando por momento una ruptura, un cambio que les de valor para patear el tablero. En algunos casos, existen en los efectos colaterales de alguna acción anterior, en sus consecuencias. Son historias atmosféricas que logran fusionar el adentro y el afuera de la conciencia, indagando en la verdadera naturaleza de la realidad. ¿Es el mundo que nos rodea algo externo a nosotros? ¿O quizás vivimos en realidades paralelas, construidas individualmente por nuestra percepción subjetiva y coexistiendo en mera yuxtaposición? La soledad resultante de estos misterios es algo que flota permanentemente de cuento en cuento, dándole cohesión y organicidad al conjunto.

En medio de los acontecimientos, la autora nos regala frases y pasajes que destellan por sí mismos como pequeñas perlas en las que se puede apreciar el trabajo de corrección y sedimentación de las sucesivas escrituras:

“Aunque el cuelgue estaba ahí, era la incomodidad necesaria de todo encuentro profundo”.

“Cada tanto hay un espacio en el que se inyecta la pregunta sobre el hijo mayor, cuándo vendrá a verla o si está muy lejos. También caerán las interrogaciones al vacío, donde no habrá más que silencio”.

“No habrá putas cerca suyo, pero tampoco esclavos. Solo horas sucediéndose en ese circuito de miembros extraños moviéndose a su alrededor. El ruido es lo que harta, ese permanente rugido bajo, vibración de motores a medio fallar, y los vozarrones inentendibles que hacen de la banalidad su objeto delicioso”.

“La carne, por una cuestión lógica, de coherencia material y espiritual, estaba prohibida. Por eso quizás fue tan extraño que Tilda, junto a otras dos chicas con las que estaba encargada de desmalezar la orilla, encontrarán

Como refiere en la contratapa, en los cuentos de Marie Miy “comienzan desde el cuerpo y avanzan hacia la psiquis de los personajes, que aparecen siempre recubiertos por un extrañamiento de lo cotidiano (…) la jerga callejera se funde con el suspenso y la intriga; los personajes suelen estar perdidos o a la deriva”. Un libro breve y contundente en su rareza, que promete un proyecto de obra más que digno de seguir con atención. A lo que cabe agregar que es uno de los lanzamientos más interesantes y refrescantes de un sello independiente como Borde Perdido, que desde hace casi una década viene apostando por un catálogo federal y local que promueve jóvenes autores emergentes.

 

Marie Miy

(Salta, 1992) Reside en Córdoba desde 2011. Se desempeña como correctora literaria y bibliotecaria. Actualmente estudia la carrera de Letras Modernas en la Universidad Nacional de Córdoba.

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