Este año la ONU ha propuesto tomar el agua como vehículo de paz, en el marco de su día mundial, que se conmemora todos los 22 de marzo.
En Córdoba, desde su fundación, nuestro río es afluente de conflictos y oportunidades para la vida en comunidad.
Con mi familia vivimos muchos años en una casa con fondo al Suquía y, desde entonces, con sus peces, pájaros, aventuras y crecidas, nos enseñó de su fertilidad, nos conectó con los originarios, y comprendimos que debíamos temerle.
Podemos recuperar el agua
Este 2024 se ha decidido que el líquido vital sea una causa para la cooperación. Es que no han faltado conflictos en su lecho, recordemos que la historia de la Humanidad está atravesada por ciudades asentadas en orillas, así como guerras del otro lado del puente.
En la actualidad, el deterioro del ecosistema y la expansión de las zonas habitadas por el hombre nos obligan, como comunidad, a unirnos en defensa del agua.
Desde las grandes capitales hasta las pequeñas poblaciones condicionan su salud, y la vitalidad que les habita, a sus ríos cuya contaminación se traduce en riveras yermas. Una sociedad que no cuida su agua bebe veneno, por eso la Ciudad de París ha sido revolucionaria al invertir 1.400 millones de euros en la regeneración del Sena.
Después de exactamente un siglo de nado prohibido, el Sena será el ámbito de natación para esta edición de los Juegos Olímpicos. Los atletas mundiales serán los primeros en volver a nadar en un ecosistema que recuperó decenas de especies de peces, insectos, pequeños moluscos y su maleza acuática. No faltará el cínico que señale con el dedo a mayores urgencias de inversión, argumentando instancias sociales, pero, ¿hay algo más vital que la fuente de vida para todos los estratos de la sociedad?
La Ciudad de Córdoba no es la excepción, y nuestro afluente ha sido protagonista de las tensiones y conflictos que nos atraviesan en tanto grandes desafíos de convivencia.
Hay pruebas contundentes de restos humanos antiquísimos en la ribera del río. Tanto es así que los primeros cordobeses capitalinos, sin dudas, vivieron cerca del cementerio (y fueron de Belgrano…) Estaban ahí, preparando un priteado mucho antes de la llegada de Colón a América: estaban allí ya hace 3.000 años.
Jerónimo Luis de Cabrera, siglos después, también eligió al río para fundar su parte de la ciudad, aprovechando su frescura, en una zona que se llamaba Quisquisacate y que hoy es Barrio Yapeyú. Los originarios, por su parte, continuaron habitando la zona llamada Pueblo de la Toma (hoy Alberdi), porque justamente desde allí nuestros antepasados comechingones proveían vida a toda la ciudad. Sabios, eligieron cuidar el agua, un cauce de sabiduría, identidad y tensiones.
Democraciea líquida
Son pocos quienes saben que nuestro río ha tenido varias denominaciones. Fue impuesto con el nombre de San Juan, por don Jerónimo, debido a que fue avistado el día de ese santo, aunque se dejó vestigio que los hijos naturales de la tierra le llamaban Suquía o Tzucqttiat.
Seguidamente, en un rapto de originalidad fue rebautizado Río Primero, en una zaga creativa que incluye el Río Segundo, Río Tercero, y así sucesivamente.
El poeta Arturo Capdevilla emprendió una gesta reivindicativa con su “Romance del Suquía”, que empieza “Yo me llamaba Suquía/ Este nombre me quitaron/ Que de nuevo me lo den/ que así quiero ser llamado”. Y miren, ciudadanos de 2024, si no será importante el río, que la democracia escuchó al poeta e hizo justicia el 12 de septiembre de 1984, cuando la Legislatura bicameral de Córdoba, fluidamente aprobó la ley que llamaría a las cosas por su nombre y el Suquía volvería a ser la voz del valle.
La democracia saldó su deuda, pero décadas después nos cuesta entender que calidad de vida es caminar por la costanera sin malos olores; que hay responsabilidad de los gobiernos, pero el público, las personas que abandonan sus desechos en lugar de buscar amparo son tan criminales como como esas angurrientas urbanizaciones cuyas incontinencias intoxican el futuro.
Un tesoro líquido
La bióloga y divulgadora Lu Peirone propone que la gestión eficiente del agua es uno de los retos del siglo XXI, porque su recuperación está vinculada con el derecho a la vida, al paisaje, y la identidad ciudadana retratada con una generosa y fresca sombra nativa.
En mi caso, guardo con el Suquía un vínculo familiar, porque lo considero el cofre que protege el divino tesoro de mi niñez. Infinitas tardes volví del cole y dejé los útiles descansar sobre mi cama para encontrarme en el río con los amigos, en la imposible tarea de construir una canoa tallada a mano. Íbamos a recorrer el mundo desde el puerto perfumado con eucaliptus que teníamos en el patio. La expedición sería comandada por mis amigos, con la corbata colegial en señal de capitanazgo y un ejército de viejas del agua nos secundarían, mientras que la aviación estaría integrada por las garzas blancas y los biguás. Los tesoros son codiciados y no pocas veces enfrentaríamos visitas no deseadas y ataques a nuestra flota. También el río enseña, y su abundancia algunas veces fue inundación, e hizo doler.
En estos más de 40 años con las patas mojadas, tengo que reconocer que pocas veces sentí que la Ciudad cuidaba su mayor arteria como ahora y, nobleza obliga, pareciera que a la codicia por la fertilidad del Suquía le hace frente la Unidad Ejecutora Costanera.
Quien quiera oír, que oiga… porque para ver está el maravilloso documental “El grito del Suquía”, que preparó Andrés Dunayevich, donde describe una expedición náutica por el cauce, entrevistando a los ribereños. Se puede ver gratis en YouTube.
Toda poética es poca para una ciudad que tiene dos cursos de agua en su escudo, y que cuenta 36 puentes. ¡36! ¿Lo sabías, lector? Cicatrizando dos lados, dos estrofas, de nuestro sentir, de nuestra historia y de nuestro futuro.
Puentes del Río Suquía en la Ciudad
Gracias a quienes contribuyeron con el censo. Especialmente a Juan Sequeira, Director de Patrimonio y equipo. Marzo de 2024
- Puente Villa Warcalde
- Puente Beato Aníbal di Francia
- Puente Los Carolinos
- Puente Chateau
- Puente Enrique Gavier
- Puente Circunvalación 21B
- Puente Quince
- Puente Turín
- Puente Sagrada Familia
- Puente Zipoli
- Puente La Tablada
- Puente del Trabajo
- Puente Dr. Eliseo Canton
- Puente Santa Fé
- Puente Avellaneda
- Puente Ramón Bautista Mestre
- Puente Antártida
- Puente 450 aniversario
- Puente del Centenario
- Puente Peatonal Suquía
- Puente Alvear
- Puente Maipú
- Puente Domingo Sarmiento
- Antiguo Puente del Ferrocarril
- Puente Olmos
- Puente 25 de Mayo
- Puente del Bicentenario
- Puente Pasarella ciclovía elevada
- Puente Nudo Vial Mitre
- Puente Leticia
- Puente Dorrego
- Puente Obispo Maldonado
- Puente Yapeyú
- Puente y vado Sargento Cabral
- Puente Lucrecio Vázquez
- Puente Intercambiador Circunvalación Costanera