Por Agustín Liotta (especial para HDC)
La televisión cambió; eso no es ninguna novedad y se nota en cada programa y año tras año. Por caso, Marcelo Tinelli no volvió a la pantalla chica en 2024 con su clásico “Bailando por un sueño”, y de hecho la última vez que lo llevó al aire hizo un experimento con el streaming, como un guiño a las nuevas tendencias de consumo. Otro ejemplo es Gran Hermano que volvió a mediados de 2022 cuando nadie pensaba que ese formato podía volver a realizarse en Argentina, pese a que es un programa que se emite en más de 60 países hace 25 años. Sin embargo, la “casa más famosa del país” volvió a abrir sus puertas y nos atrapó a todos.
Edith Hermida, panelista de Bendita TV (El Nueve), dice que Gran Hermano produjo algo que se había perdido en el último tiempo: “La familia volvió a unirse y a charlar en la mesa por el programa, es un tema de conversación entre padres, hijos y abuelos”, dijo en diálogo con HOY DÍA CÓRDOBA. Bendita se realiza hace 19 años y, por el contrario de lo que sucede con el resto de la TV argentina, se mantiene. “Es un programa que no pierde la esencia y mezcla humor, entretenimiento, actualidad, tiene todos los condimentos”.
Ya hemos hablado en otras oportunidades que la guerra de la TV ya no existe. El rating ya no es la única vara que rige el día a día de los canales de televisión y el minuto a minuto de un programa. Claro que sirve pero los conductores más destacados ya no se pelean por quién logró un punto más o un punto menos de rating. Los conductores destacados ya no están en la pantalla chica sino en al móvil, en los stream de YouTube y Twich y cuando “la picantean” entre ellos se fijan en las reproducciones de los videos, las personas siguiendo la transmisión en vivo, y las métricas de los recortes de los programas que publicas en las redes sociales. Y a veces ni siquiera sucede eso porque las nuevas tendencias de consumo audiovisual apuntan a los nichos. Todo se segmenta por temas y por edades.
LUZU TV con su perfil “tinellesco” y OLGA con sus sketchs de humor apuntan al entretenimiento; GELATINA va en dirección a la información desde el humor (el espíritu de “el cadete”, el personaje que Pedro Rosemblat hacía en C5N está latente) y BLENDER (canal donde está Guille Aquino y Tomás Rebord) es un híbrido. NEURA, el stream de Alejandro Fantino se dedica a las entrevistas de actualidad. Y en el último mes y medio surgieron dos canales nuevos: CARAJO, un stream libertario, y EVA TV, un canal de streaming peronista.
Ante estas nuevas formas con las que se mide el impacto de los programas, cabe la pregunta de si el rating cumple alguna función en la industria audiovisual de la TV, si importa o si se le brinda importancia. Marcos Gorbán nos ayuda a comprender esta nueva realidad de la TV.
Gorbán es experto en desarrollo de formatos, contenidos y programación y trabajó para ciclos periodísticos, de entretenimiento y reality shows en Argentina, México, Perú, Chile, Estados Unidos y Colombia. Ante este escenario, el productor dice que no hay rating ni algoritmo (en referencia a las nuevas plataformas digitales) que aseguren el éxito o no de un producto audiovisual. “Alguien siempre tiene la idea y después la gente lo consume. En base a eso se evalúa continuarlo, modificarlo o no hacer más nada”, explicó. Y en ese sentido, dijo que cada fenómeno global (programa) tiene sus adaptaciones locales. De ejemplo usó Gran Hermano que se emite en más de 60 países y en cada lugar tiene modificaciones acorde a la historia de cada país.
“¿Para qué se mide el rating?”, se pregunta Gorban y responde: “Para ver cuánta gente lo consume, para publicitar, para saber dónde pautar y cuánto cuesta la publicidad de ese programa”. Y marca un problema: la financiación. En un país con recesión los presupuestos son más acotados pero también las productoras dividen más la plata porque tienen más opciones, tanto para pautar como para financiar.
“Hay más medios entonces a todos les llega mucha menos plata. Esta es una crisis que existe hoy en la industria de la producción en general y que es global. Entonces para esto se mide el rating, para que las empresas puedan identificar donde poner la plata de manera efectiva”, detalló.
En el Podcast “La Cruda”, de Migue Granados, Gorban fue entrevistado sobre su experiencia laboral y dijo que “la televisión vende públicos”. Claro que se refiere a la pata comercial, pero ¿cómo lo pensamos desde la creación del contenido y las ideas? “Es lo que los productores siempre nos preguntamos: qué quiere ver la gente. Para eso también nos sirve el rating y el funcionamiento algorítmico. Hoy en día la gente quiere ver historias de ‘true crime’ (policiales basados en la vida real)”. En su momento de mayor auge los productores se fijaban en el “minuto a minuto”.
Esa explicación sirve para entender por qué se vio tanto “El caso Asunta”, el furor por la serie de Nahir Galarza o María Marta García Belsunce, entre otras.
Elegir la idea del contenido basado en el rating tiene que ver entonces con fenómenos cultural de cada país. “Cuando te sentás a pensar un programa, ya lo estás creando y después el famoso minuto a minuto te cuenta si funciona o no. Después hay que tomar una decisión con esa información”.
El rating entonces sí sirve y funciona. Siempre lo hizo. La diferencia es que antes también se lo utilizaba para crear otro contenido. De esa manera veíamos horas enteras en los canales de Buenos Aires, (Jorge Rial y Viviana Canosa capitalizaban estos temas) hablando de las peleas de los conductores por el rating, qué realizaba cada programa para liderar el prime-time, e incluso los periodistas de espectáculos creaban peleas entre los conductores. Parece que ahora a la gente le interesan otras cosas y el rating goza de buen crédito; ser un parámetro de producción creativa y comercial.
Industria audiovisual y empleo
El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) publicó un informe en agosto de 2023 que indica que entre 2007 y 2022 el empleo del sector privado audiovisual creció un 45%; terminando ese período con 31.017 trabajadores en actividad. No obstante, en esos años, el salario real del sector privado audiovisual disminuyó un 4% en total, que según el informe se debe a consecuencias macroeconómicas como recesión, alta inflación y los efectos de la pandemia.
En ese sentido, y en conversación con HOY DÍA CÓRDOBA, Marcos Gorbán que produjo varios tanques de la TV como Gran Hermano, La casa de los famosos y Combate, entre otros, nos dijo: “Hay un mito que dice que ‘que vuelva la ficción’. La ficción está, no se fue solo se reconfiguró”. Y explicó que las nuevas tendencias de consumo obligaron a cambiar las modalidades de producción de la ficción de series y películas. “No solamente que hay ficción sino que hay más cantidad de ficciones que antes. Antes entre todos los canales de aire había como máximo cinco ficciones de 120 o 200 capítulos cada una. Este año ya se estrenaron unas 13 ficciones de ocho o 10 capítulos y en los próximos meses se van a estrenar más”. Esta transformación se debe al surgimiento de las plataformas como Netflix, Amazon, Disney y Youtube entre otras.
Para sumar un poco más de contexto, según datos de la Unesco, el sector cultural emplea a más de 48 millones de personas en todo el mundo, lo que representa el 3,1% del PBI mundial. Gorbán recuerda un informe macroeconómico realizado por Uruguay que indica que por cada dólar que se invierte en la industria audiovisual, al país le ingresan tres dólares. “Uruguay descubrió eso y hoy hay una paradoja hermosa o fatídica que es que las principales ficciones o historias que se están grabando sobre Argentina se graban en Uruguay”, dijo. La serie de la Amia y la de Cromañón (por estrenarse en los próximos meses) son ejemplos de lo que menciona.
Sin embargo, volvemos a un punto de la discusión político-económica de los últimos meses y es que el sector cultural y creativo en general está cada vez más relegado y no ocupa un lugar centras en las políticas públicas.
“Yo creo en las economías impulsadas, en la productividad y el desarrollo industrial. Si las políticas de cualquier Estado traban el desarrollo industrial, estamos hablando de que lo público traba lo privado, o no lo impulsa o lo seca, lo limita, por un montón de razones”, reflexionó.
Respecto a otras producciones, Gorban sostiene que la televisión argentina es parte del mundo. “Hay fenómenos globales que cuando se adaptan bien a un país son un éxito. Hablo de realities y de programas de entretenimiento como ‘Family Feud’ (100 argentinos dicen), ‘Got Talent’ (Talento Argentino), Operación Triunfo, Expedición Robinson (que ahora se llama ‘Survivor’) o Trato Hecho, por ejemplo”. La lista puede seguir pero Gorbán puntualiza en un aspecto importante: las formas y el contenido. Mientras que la primera se refiere a las reglas de un juego; la segunda se refiere al casting, las discusiones del programa y los detalles de color que se muestran, entre otros aspectos.
Con todo esto, podemos cambiar la idea de que la televisión está muriendo o que cada vez es más basura. La televisión refleja los intereses de la gente, qué quieren ver y donde lo quieren ver. El rating sirve pero ya no se lo banaliza. Sólo nos queda sostener e impulsar la industria. La televisión cambió pero no murió, y está lejos de morir.