La Mancha de Rolando estuvo de gira por la provincia y ardió las ciudades de Córdoba, Río Cuarto y Villa Nueva. Manuel Quieto, cantante de la banda, y Matías Sobrado, tecladista, hicieron un repaso por la historia del grupo hasta llegar a la actualidad, que los tiene girando por Latinoamérica.
Una gira por Córdoba. Así calificaron Manuel Quieto y Matías Sobrado a los tres shows que dio La Mancha de Rolando en la provincia este fin de semana. El viernes se presentaron en Río Cuarto (Opus Costanera), el sábado en Capital (Viejo Molino Multiespacio) y el domingo en Villa Nueva (en la fiesta de la cerveza artesanal).
“El público cordobés es maravilloso. En Río Cuarto, bárbaro. En Córdoba Capital fue hermoso. Y siempre vamos a la fiesta de la cerveza artesanal en Villa nueva, que es multitudinaria, en un pueblo alucinante, un pueblo increíble. Fue una gira muy linda. Nos recibieron tan bien que brindamos por haber vuelto a tocar y porque la gente volvió a los shows, que son las cosas que más nos gusta hacer”, comenzó diciendo Manuel, el líder del grupo, con una sonrisa genuina estampada en su cara.
“Hacía mucho no veníamos a Córdoba, más de dos años. Me sorprendió la calidez de público, que cantaba todas las canciones, incluidas las nuevas. Uno siempre se prepara para devolverle al público lo que nos dio tanto tiempo”, agregó Matías, tecladista.
La Mancha de Rolando es una banda de rock oriunda de Avellaneda, Buenos Aires, y que en 2021 cumplió 30 años desde su creación. “Para celebrar las tres décadas se filmó y se grabó un material de cuando tocamos en el Teatro Broadway, en Buenos Aires. Fue impresionante la magnitud; la cantidad de gente y la cantidad de temas, casi 30. Ese material audiovisual va a salir pronto”, anticipó el cantante a HOY DÍA CÓRDOBA.
Mientras, Matías se refirió a la relación de la banda con los jóvenes y a la renovación de su público, quizá el gran desafío para todas aquellas bandas ya consolidadas: “Nos pasa que, a pesar de no ser un grupo de esta generación, con todo lo que eso conlleva, ya que se escucha la música de otra manera y se comparte de otra manera, tenemos la suerte de que muchas de las canciones nuestras están en listas de reproducción grandísimas. En las plataformas, los chicos escuchan las canciones de La Mancha, cosa que nos sorprende muchísimo. Y no solo acá, también en países como Chile, Paraguay y México. Después, también pasa que fans de otras generaciones tienen familia, vienen padres con hijos, y eso va difundiendo la llama del grupo. Es hermoso, porque a nuestros shows viene gente joven y gente grande, y todos nos llevamos bien”.
En el camarín, Manuel toma gaseosa de limón y come jengibre, al mismo tiempo que no oculta su felicidad y emoción al reencontrarse con viejos amigos de la provincia. “La pandemia fue difícil. Fue duro no poder salir a tocar y se extrañó un montón el público, las ciudades, los amigos. Fue un tiempo de mucho balance. De todos estos años, de todo lo que hicimos, cuanto laburamos… Cuantos países, cuantas ciudades, cuantas canciones. La pandemia frenó todo. Ese tiempo de introspección nos sirvió para hacer nuevas canciones, que era lo único que se podía hacer. Pero se extrañó el público, se extrañó tocar, y eso fue triste”, describió luego.
Justamente, en agosto del año pasado, en plena pandemia por coronavirus, La Mancha estrenó “La revolución de la alegría”, su onceavo disco de estudio, en un contexto en el cual fueron muy pocos los artistas y las bandas que se arriesgaron a lanzar nuevo material.
“Fue una catarsis para nosotros hacer un disco en pleno quilombo. La clave fue tener tanto material y, sobre todo, unión personal, porque ante esas desgracias las personas se juntan, se unen. La gente nos los agradeció”, dijo Manuel.
“Fueron pasando los meses y no sabíamos que iba a pasar. Lanzar un disco por lo menos nos daba algo en qué estar pensando y en qué estar ocupados, porque estábamos sin poder ensayar y sin una perspectiva de cuando se iba a poder volver a tocar”, completó luego Matías.
A continuación, los músicos analizaron la escena actual del rock nacional. El primero fue Matías, que fue contundente: “El rock no va a morir nunca”, aseguró. “A veces lo que pasa es que las coyunturas artísticas hacen que algún género esté más de moda que otro, y esto hace que sea tendencia y que las radios lo pasen más seguido.
Nosotros vamos siempre por todo el barrio, y siempre vemos que hay bandas ensayando, bandas jóvenes. Es más, en este momento se debe estar creando una banda nueva. Al rock nacional lo veo bien. Incluso, muchísimas bandas siguen sacando material y es muy bueno. Siguen apareciendo exponentes jóvenes de rock, como Conociendo Rusia, que quizá es un rock más pop, pero les está yendo muy bien. También están los chicos de Parientes, una banda mendocina, o Cruzando el Charco”.
En la misma línea opinó Manuel Quieto: “La escena de rock siempre está bien. Siempre mejora. Argentina tiene una cosecha de bandas de rock que nunca termina. Y de todos los estilos. Es hermoso saber que pasan los años y la gente sigue escuchando rock”.
El interrogante -casi obligado- que siguió luego tuvo que ver con la nueva escena musical, dominada por los géneros urbanos. Nuevamente no hubo tapujos por parte de Sobrado: “Yo escucho a Wos y lo siento rockero, por más que el venga de otro palo, del rap y del trap. Veo que hay una conexión. También hay otros con los que no, pero no es que no me gusten. Solo que, tal vez, no están tan aparentados con el rock, sino que son algo más latinos”, lanzó.
Y remató: “Si la juventud quiere expresarse me parece bárbaro que lo hagan. En algún momento van a pasar a alguna guitarra y después, de la guitarra terminan pasando a la computadora. Eso le pasó a Gustavo Cerati, por ejemplo. Nosotros siempre estamos abiertos a tener intercambios, no solo con géneros como trap. Somos amigos de Los Tekis, que hacen folklore, hicimos cosas con Los Totora, que hacen cumbia, Manu es gran amigo de Ricardo Iorio, Chano, Leopoldo Federico. No somos nada cerrados, aunque la música que sentimos es el rock. No nos sale eso de que, por una cuestión de moda, irnos a un género que pega. No lo haríamos. Pero cuando nos cruzamos con gente de otro palo salen cosas lindas y es algo genuino”.
Mientras otras bandas y artistas prefieren mantener un perfil más bajo, La Mancha de Rolando siempre tuvo una marcada ideología política y nunca tuvo rodeos a la hora de comentarla o difundirla, una arista que se puede ver en muchas de sus canciones. “Cada artista hace lo que quiere y lo que siente, y está bien. Yo no siento que eso le pueda hacer bien o mal a un grupo. Sí creo que alguna gente puede tener tendencia positiva o negativa por esas cosas”, dijo Matías al respecto.
En varias oportunidades la agrupación oriunda de Avellaneda tocó en actos políticos, y en algunas otras el ex vicepresidente Amado Boudou se subió al escenario para acompañarlos con la guitarra. “Debería ser normal que una persona pueda decir lo que piensa y expresarse, obviamente dentro de los parámetros del respeto y sin agresiones. A veces la sociedad está un poco crispada y pasa en otros ámbitos también. Puede pasar en el futbol, ponele. Yo siento que debería ser normal. A nosotros nos sale así y no nos gusta callarnos. Somos genuinos y transparentes. No decimos una cosa por otra y nos mantenemos siempre por el mismo sendero”, analizó Sobrado.
Y completó: “A nosotros nos viene a ver mucha gente que tal vez ideológicamente puede no coincidir. Y lo veo bien. Como te dije antes, capaz que alguno sí es prejuicioso y por eso te tacha, pero preferimos mostrarnos como somos y no pensar en esas cosas”.
La catarsis de Manu y Matías se vio reflejada en los shows, donde se notó ese espontáneo cariño con su público. Con un arsenal de hits, uno atrás de otro, dejaron extasiados a los miles de seguidores que tiene La Mancha en nuestra provincia. Esa “unión personal” a la que se refería Manu se vio plasmada a flor de piel en un camarín lleno de amigos, música y viejas anécdotas. Y sí, con las melodías y la calidez de cada uno de los integrantes de La Mancha, la escena del rock en Argentina quedará siempre bien parada.
Ayer intentamos cambiar las cosas
Pero mataron 30.000 y ahora están en una fosa
Cada tanto me cruzo con algún traidor
Que dice “con los militares estábamos mejor” (La Sequía, 2010)