Por Juan Ignacio de Rezendes
“Si no canto lo que siento, me voy a morir por dentro” cantaba Luis Alberto Spinetta en su icónico tema “Barro tal vez» (1982). Dos años más tarde, en 1984, Sandra Mihanovich lanzaría “Soy lo que soy” canción y álbum en español originalmente compuesta en inglés por Jerry Herman, un destacado artista de teatro. “I am what i am” era el nombre original y fue interpretado por la cantante estadounidense Gloria Gaynor, quien le otorgó reconocimiento internacional. Al igual que con la obra de Spinetta, “Soy lo que soy” tenía un sentido plenamente expresivo: despojarse de toda máscara y mostrar la verdadera identidad.
El pasado 19 de agosto, el álbum “Soy lo que soy” cumplió 40 años de su lanzamiento. En ese marco, la cantante llega a nuestra ciudad para “disfrutar de la vida estando presente”. Sandra Mihanovich actuará el próximo viernes, a las 21:30 en la Sala de las Américas (av. Haya de la Torre s/n, Ciudad Universitaria). El espectáculo se titula “Poner el cuerpo”, al igual que la canción compuesta por Celeste Carballo, una de las grandes voces del rock nacional y ex pareja de Mihanovich. “Hubo una época en la que canté durante cuatro años con Celeste Carballo, que fue una parte importante también de mi carrera. Éramos un dúo bastante especial. Lo que hicimos juntos era diferente a lo que hacíamos separadas, de forma individual. Entonces es como si hubiéramos tenido una banda de Sandra y Celeste”, rememora la hija de la periodista Mónica Cahen D’Anvers. Juntas, Sandra y Celeste produjeron los discos “Somos mucho más que dos” (1988) y “Mujer contra mujer” (1990).
Sandra Mihanovich nació el 24 de abril de 1957 en Buenos Aires. Comenzó a cantar canciones de inglés a los 4 años, de la mano de su tía Sonia, quien era su maestra. A los 11 años se atrevió a darle voz a temas en español, tocados en guitarra, como la “Zamba de navidad”. Tal como recuerda, no podía escaparse de la veta artística que caracterizaba a la familia. “Cada reunión de la familia Mihanovich, hasta el día de hoy, sigue siendo una especie de show familiar”. Dueña de una voz inconfundible, Sandra cuenta con 22 discos publicados, una trayectoria exitosa y disruptiva.
¿Cuál es la canción que más te piden?
-Hay varias canciones que me piden mucho, pero “Soy lo que soy” sin duda es una de ellas. También “Puerto Pollensa”, “Todo me recuerda a ti”, “Me contaron que bajo el asfalto”, “Cuatro estrofas”, “Sin tu amor».
Y de esa lista, ¿cuál es la canción que más disfrutas de cantar?
-Disfruto de cantar todas las canciones porque cada una dice cosas que tengo ganas de decir, que tengo que compartir. Siempre digo que tuve la suerte de encontrar en las canciones la forma de decir lo que quería decir. Y decirlo en forma de canción es mucho más lindo. Es extraordinario. Me hace sentir completa.
Es frecuente recurrir a la música para atravesar ciertos momentos, tristezas, enojos, desencantos… A diferencia del común de la gente que elige escuchar discos, vos siendo artista podés tomar un camino más activo, ¿buscás en la composición o la interpretación la forma de canalizar ciertos sentimientos?
-Por supuesto. Siempre digo que encontré en las canciones la manera de decir lo que sentía. Y la música, nos acompaña en todos los momentos de la vida, en los momentos tristes, en los momentos felices, en los momentos de enojo, en los momentos de alegría enorme, cuando tenemos ganas de bailar y exteriorizar un sentimiento feliz. La música está siempre ahí y es absolutamente sanadora.
¿Cómo es el proceso de composición? ¿Te ha pasado de encontrar alguna idea cuando no estabas buscándola?
-Mirá, yo soy fundamentalmente intérprete. He compuesto algunas cosas, pero no muchas. Las canciones más famosas, o más representativas no las compuse yo, pero sí entiendo que el momento de la composición es un momento en el que uno se sienta y encuentra cosas que le están pasando o que está sintiendo y las plasma a través de una canción.
Si bien decís que sos intérprete, de alguna manera las canciones que interpretás terminan convirtiéndose en tuyas
-Un poco sí. Es lo que pasa con los intérpretes. Los intérpretes somos los encargados de transmitir la música, dándole nuestra impronta, nuestra identidad. De alguna manera, entre comillas, nos adueñamos de las canciones. Entonces te van a decir que “Soy lo que soy” es una canción de Sandra aunque Sandra no la haya compuesto.
“Soy lo que soy” y “Puerto Pollensa” fueron canciones que marcaron una época en los 80. Ambas hablan de temas que eran tabú en ese tiempo. ¿Te sentís o te sentiste en algún momento una referente del movimiento LGBT?
-Creo que lo he sido, más allá de que yo quisiera o no serlo. No he sido muy militante a nivel marchas y banderas y cosas así, pero sin duda he cantado canciones con las cuales la gente se ha sentido identificada. Además son canciones que hablan de la libertad de elegir y de la posibilidad de tener la sexualidad que uno quiera. Entonces, sin duda formo parte de toda esta historia. Siempre expresé que mi militancia era cantar canciones.
¿Cuál crees que es el momento o fue el momento bisagra de tu carrera?
-Bueno, los años 80 fueron muy importantes, sin duda. Porque grabé en el 1982 “Puerto Pollensa”, en el 1983 “Hagamos el amor» y en 1984 “Soy lo que soy» y son todos discos fundacionales. Yo diría que fueron muy importantes. Pero después vinieron años en los que había que ratificar de alguna manera, el lugar que en el que me habían puesto. Entonces aparecieron discos como “Todo brilla” (1992) o canciones como “Todo me recuerda a ti”. Y con el correr de los años sigo grabando discos y sigo cantando canciones nuevas. Mi trabajo más reciente se llama “Bendiciones” (2022). Lo grabé con Lito Vitale hace un par de años atrás y fue nominado a los Grammy Latinos 2023 como “Mejor álbum folclórico». Compartir una terna de 7 candidatos y estar nominada fue un premio total para mí. No sé bien cuál fue la bisagra, pero el camino continúa y eso me hace muy feliz.
Decías que la música es sanadora. En tiempos como los que estamos viviendo ahora, de incertidumbre y conflictos cotidianos ¿qué puede ofrecer el arte ante una sociedad convulsionada?
– El arte siempre ayuda a transitar la vida. El arte nos consuela, nos representa y nos identifica. El arte es algo que forma parte de nuestra identidad y de nuestra cultura. Te diría que bastante importante para toda la vida en general.
Cuando hablabas de “Soy lo que soy”, “Hagamos el amor” y “Puerto Pollensa” aparecía la palabra libertad. ¿Qué rol jugó el retorno de la democracia a la hora de interpretar música?
– Mirá, toda la época previa al renacimiento de la democracia fue una época donde la argentinidad se manifestaba a través del rock nacional y la música en general. Los años 80 tienen esa característica. En principio porque en el año 1982 desapareció por ley la música en inglés de las radios y tuvimos una inesperada difusión de toda nuestra música de un día para otro. Después siento que la música tuvo mucho que ver con expresar lo que nos pasaba y lo que sentíamos. Más allá de que había canciones prohibidas o lo que sea. Era imposible detener la música. Nunca se pudo detener la música. Así que creo que la música y el arte en general son un camino, hacia la libertad, hacia la posibilidad de manifestarse y ser.
Para ver el show “Poner el cuerpo” se pueden adquirir las entradas sectorizadas a través de la página Eden entradas. Sus precios son: Platea A $50.000, platea B $40.000, platea C $35.000, platea D $30.000, Pullman A $25.000 y Pullman B $20.000.