La noche del clásico en barrio General Bustos venía cargada de urgencias, tensiones y necesidad de respuestas. Atenas arrastraba una racha que pesaba en las piernas y en el ánimo del plantel, y el cruce ante Ferro en el Pretensa Atenas aparecía como un punto de quiebre posible. Lo que nadie imaginaba, o al menos no de manera tan inmediata, era que en medio de ese contexto emergería la figura de un juvenil: Tiago Tomatis, 19 años recién cumplidos, apellido de peso, y una irrupción que combinó oficio, carácter y frescura.
La historia empezó un día antes, cuando Mario Milanesio —emblema del club y entrenador interino— reunió al plantel y reveló el quinteto inicial. Tomatis recuerda el momento con una mezcla de asombro y vértigo: “El primer día que asume Mario fue el lunes y ya el martes nos dijo el quinteto. Me dijo ‘Tiago, ahora te toca ser titular’ y se te vienen mil sensaciones. Primero porque te lo dice un histórico como él, y segundo porque no venía teniendo muchos minutos y de repente me tocaba salir de titular en un clásico”. La frase lo marcó. Lo sintió como una señal y como un desafío: “En mi cabeza dije: llegó mi oportunidad”.

La previa tuvo su cuota de ansiedad. El juvenil admite que el día anterior al partido “se te llena la cabeza de dudas”, pero algo cambió apenas puso un pie en la cancha. “Gracias a Dios pude disfrutarlo desde el primer momento”, afirma. Y rápidamente aclara a qué lo atribuye: “Mis compañeros me dieron mucha confianza, el técnico también. Eso me permitió disfrutar, que era mi miedo, porque a veces los nervios te juegan en contra”.
La respuesta dentro del campo fue inmejorable. Tomatis firmó una planilla de esas que llaman la atención: 19 puntos, 4/4 en triples, defensa intensa y un aplomo inesperado para alguien que apenas había tenido minutos sueltos en la temporada. Sin embargo, asegura que no se dejó llevar por los números ni por el contexto: “Entré confiado porque sabía que se me presentaba una oportunidad muy linda. No traté de fijarme en los números, traté de hacer lo mejor para el equipo, de sentirme cómodo yo y que el equipo se sienta cómodo conmigo”.
Cuando recuerda el partido, repite una idea: la energía. “Me gusta alentar al equipo, ir para adelante, siempre dar el 100. Eso traté de darle al equipo”. Y sostiene que la sensación de seguridad no apareció en un momento puntual, sino que se sostuvo de principio a fin: “Todo el partido me sentí cómodo, con muchas ganas de seguir y seguir”.
Pero su mirada no se detiene en lo que salió bien. Al contrario, cuando se le pregunta qué parte de su rendimiento lo dejó más satisfecho y qué cree que debe ajustar, responde sin rodeos: “Puedo ajustar todo básicamente. Son mis primeros dos partidos jugando. Me tocó debutar, sí, pero habían sido poquitos minutos. Ahora que me tocó una participación real, quiero mejorar todo: soltarme más, ponerme más rudo en defensa, mejorar en ataque… todo”. Y agrega, casi como un mantra personal: “Con trabajo voy a mejorar. Todo”.
La relación con Mario Milanesio aparece constantemente en su relato. Lo conoce desde las formativas y siente que esa cercanía fue clave para sobrellevar la presión del debut titular. “Mario me dijo que era una oportunidad, que la tome como algo lindo, pero también me hizo entender lo que significa esta camiseta”. Además, le pidió algo simple y a la vez profundo: “Que entre confiado, que todo lo que haga lo haga al 100%, con concentración”. Tomatis asegura que escucha cada palabra: “Trato de absorber todos los consejos porque sé la clase de técnico que es y lo importante que es para el club”.
La confianza del entrenador llega en un momento en el que Atenas atraviesa una racha negativa. Para Tomatis, eso no cambia el enfoque: “No lo veo como un momento crítico. Los equipos son irregulares, pueden ganar o perder. Sí estamos en una mala racha, pero son cosas que pasan”. Lo que sí destaca es el valor emocional de la oportunidad: “Mario me está dando una confianza que yo la noto muchísimo. Todo jugador sueña con esto: entrar, jugar, demostrar. Y yo trato de responderle para que esa confianza tenga sentido”.

Cabe mencionar que el Griego confirmó el pasado viernes la llegada de José Luis Pisani como nuevo entrenador, aunque Milanesio continuará formando parte del cuerpo técnico.
👔 PISANI NUEVO DT GRIEGO
Atenas llegó a un acuerdo con el entrenador para tomar las riendas del equipo. De esta manera Mario Milanesio deja su interinato pero seguirá en el cuerpo técnico.https://t.co/tRugGBVjUe
— Asociación Deportiva Atenas (@Atenas_oficial) November 21, 2025
La historia personal de Tomatis añade un componente emocional inevitable: su apellido. Hijo de Matías, reconocido jugador del básquet argentino, Tiago creció rodeado de esa referencia. Pero la perspectiva que tiene es tan madura como sorprendente: “No lo veo como una responsabilidad, lo veo como un impulso. Tengo un apellido gigante gracias a mi viejo, que es mi ídolo. Me impulsa a querer seguir y agrandar el apellido”. Explica que lo que más heredó no fue una parte técnica, sino un rasgo mental: “Creo que heredé la cabeza: la de querer ganar, la de ser fuerte, la de impulsar siempre para adelante”. En cambio, aclara: “Basquetbolísticamente somos dos personas distintas. Él es un excelente jugador, y yo, con trabajo, quiero mejorar todo. No me creo un jugador que pueda llegar al alcance de mi viejo, pero sí quiero crecer”.
El apoyo familiar fue inmediato. Después del clásico, su padre le dejó un mensaje que Tomatis recuerda textualmente: “Estaba feliz, me transmitió su alegría, pero también me dijo lo mismo de siempre: que mantenga la humildad, que no se me suban los humos porque no le gané a nadie, que esto es fruto del trabajo y que nadie me regala nada”. Lo dice entre risas, pero también con un respeto absoluto por esa formación.

Su camino hasta la Liga Nacional no fue sencillo. Llegó a Atenas a los 15 años y un año después ya estaba integrado al plantel profesional. Entre entrenamientos, frustraciones y pequeños avances, vivió un proceso que ahora toma otra dimensión. “Son muchos años de trabajo, de frustraciones, de alegrías. El día que me toca debutar fue una locura”, recuerda. En ese recorrido, nombra a alguien clave: “Siempre agradezco a Gustavo Peirone, que me dio la posibilidad de entrenar entre los diez todo el año y de debutar. Me dio confianza y respeto”.
El lunes del clásico, cuando Mario lo puso de titular, sintió el peso del camino recorrido: “Estar con esta camiseta, que para mí es la más grande del país… es una locura. Algo hermoso y muy difícil de explicar”.
Respecto a sus objetivos, Tomatis es directo: “Mi objetivo es formarme en la categoría, formar mi nombre en la Liga Nacional. Creo que di un paso grande empezando a jugar. Ahora quiero mantenerme, lograr minutos, seguir mejorando”. A nivel colectivo, no duda: “El sueño es salir campeón o meternos en los playoffs. Ese es el sueño de todos”.
A pesar de la racha negativa, su mirada sobre el equipo es optimista y colectiva. “Es un grupo muy unido, muy lindo. Nos conocemos hace tres años. El apoyo que tenemos es una locura, se te pone la piel de gallina”. Y vuelve a poner en perspectiva las derrotas: “No se murió nadie por perder seis partidos. Sabemos dónde estamos y estamos trabajando para salir”.
Al analizar lo que Atenas hace bien, resalta algo puntual: la competitividad. “Contra Ferro, que son los punteros, jugamos de igual a igual. Contra Obras, lo mismo. No nos superaron en ningún momento”, asegura. También reconoce las limitaciones actuales: “Estamos con dos bajas muy grandes, nuestros dos bases”. Aun así, insiste en la idea que repite como una convicción: “Este es el camino. Seguir laburando. Los resultados van a venir”.

El vínculo con el hincha aparece como un capítulo aparte. Lo vive con emoción: “El apoyo se siente. Jugamos con un jugador más siempre”. Describe la escena del pasado lunes como si todavía la estuviera viendo: “Entrábamos a la cancha y eran aplausos. Perdimos y seguían los aplausos. Yo salgo del primer tiempo aplaudido y veo entrar a un compañero también aplaudido… te pone la piel de gallina”. A ellos, les deja un mensaje claro: “Que nos sigan bancando, que vamos a salir. Sabemos la importancia del escudo y estamos dando todo”.
El calendario ofrece ahora un pequeño receso, que el plantel toma como oportunidad de trabajo. “La Liga es rara”, dice Tomatis. “Por un lado te viene bien despejar la cabeza, pero por otro querés entrar ya a la cancha para revertir la situación”. De todos modos, sostiene la postura colectiva: “Tenemos diez días para trabajar. No hay que volverse loco. Hay que seguir como venimos, y el resultado lo vamos a sacar”.
Cuando piensa en lo que viene, proyecta sin exagerar pero con ambición. “Me imagino compitiendo, metiéndonos en los playoffs. ¿Quién no sueña con salir campeón?”. Sabe que es difícil, pero no retrocede: “Vamos paso a paso, pero con el trabajo de todos los días, lo vamos a lograr”.









