Diego Schwartzman quiere jugar por última vez el cuadro principal de Roland Garros y ya dio el primer paso para cumplir ese objetivo. El “Peque”, que le bajará el telón a su carrera en febrero en el Argentina Open, venció ayer con solidez por 6-2 y 6-3 al austríaco Luka Neumayer, 212° del ranking, y se metió en la segunda ronda de la qualy del Grand Slam francés, en el que fue semifinalista hace cuatro años. Tras la victoria, reconoció que, a semanas de ponerle fecha a su retiro, volvió a sentirse competitivo.
“Los últimos meses no me sentía muy bien en la cancha, así que estoy intentando cambiar esa sensación en los próximos torneos. Me estoy sintiendo como un competidor de nuevo. Quiero jugar, y quiero ganar todos los partidos que pueda”, contó el porteño, que tras un par de temporadas de flojos rendimientos se ubica 141° en la clasificación de la ATP.
Un par de games necesitó Schwartzman para meterse en partido. En los primeros intercambios estuvo algo dubitativo, pero logró enchufarse enseguida y comenzó a dominar el juego. Consiguió cinco quiebres -dos en el primer set y tres en el segundo-, solo entregó su saque una vez (en la única chance que le dio a su rival, en el capítulo final) y fue muy efectivo con su primer servicio. Y en una hora y 10 minutos, selló la victoria para meterse en la siguiente instancia, en la que chocará con el francés Quentin Halys, 187° del mundo.
“Es una locura jugar en esta cancha. Ayer hubo récord de gente para la clasificación. Para mí es increíble tener esa sensación de que la gente disfruta con mi juego. Gente de Argentina y de diferentes partes del mundo, acá y también en Roma y Barcelona las últimas semanas. Mi sensación con la gente es increíble. Espero quedarme aquí muchos días”, comentó el ex número ocho del mundo.