Según un informe elaborado por la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), la canasta básica de productos escolares aumentó 42% este año con respecto a 2018, y costará, como mínimo, alrededor de 3.000 pesos. No obstante, si se toman en cuenta lo últimos tres años –desde que Cambiemos inició su gestión- el incremento en la canasta registrado es de 206%. “El incremento de la canasta tiene lugar en un escenario de aumento generalizado de precios, en donde los consumidores tienen que resignar cada vez más calidad de bienes para mantener cierto nivel de consumo”, explicó la Undav.
Según el documento, publicado en las últimas horas, la universidad relevó 54 productos en un total de 12 establecimientos de comercialización final (librerías, polirubros y supermercados). Tras la recopilación de datos y su análisis, consignó que los mayores aumentos de los últimos doce meses se registraron en los sobres de papel glacé (+80%), los lápices negros sin goma (+69%), el pegamento de cola (+58%), el juego de regla, escuadra y transportador (+55%) y los lápices de color largos (+48,6%).
“El aumento generalizado de precios, en especial de servicios públicos, tiene impacto directo en aquellos bienes cuyo proceso industrial utiliza dichos insumos. Por ejemplo, la pasta celulosa y el papel se realizan consumiendo grandes cantidades de energía”, explicó el departamento de Economía de la Undav.
Por otro lado, la Undav advirtió que, al observar la segmentación de canastas por tipo, el incremento porcentual más elevado se dio en la de valor más bajo. “La canasta ‘Económica’ fue la que mayor incremento sufrió, con un aumento medio del orden del 44,2% respecto al año anterior. En contraposición, la canasta ‘Premium’ subió un 38,4%, y la canasta del segmento ‘Medio’ se encareció 41,9%”, informó. Para la Undav, las razones de este fenómeno de segmentación asimétrica no pueden desvincularse de la merma del consumo. “Ocurre que los útiles y accesorios del segmento premium son los que más sufrieron la caída en la demanda por efecto sustitución con segundas y terceras marcas. Estos nichos, por añadidura, no vieron tan menguado su nivel de ventas, y pudieron remarcar precios en mayor medida”, explicó la universidad.
La casa de altos estudios afirmó además, que en función a estos números, importa la evolución del poder adquisitivo. “Con salarios, estipendios y demás transferencias que crecen por debajo de la inflación general y de la inflación segmentada, el resultado previsible es de una disminución en las cantidades de productos de la canasta escolar que las familias pueden adquirir”, alertó la Undav. De esta manera, al comparar el valor de la canasta escolar contra medidas indicativas de ingresos como el salario mínimo, se observó un deterioro de 16,2% en el último año. “En el acumulado del período 2016-2019 la caída llega al 40%, lo que significa que con el salario mínimo del 2019 se pueden comprar un 40% menos de útiles y accesorios para la escuela en comparación con el 2016”, sumó la Undav.
Por último, la Undav remarcó la importancia de garantizar el acceso a la canasta de bienes para el ciclo lectivo, ya que “una canasta de precios elevada puede influir en la deserción escolar de sectores económicos en situación de vulnerabilidad”.









