Por la expansión de la pandemia de coronavirus, la economía de Brasil sufrió en el segundo trimestre de este año un derrumbe histórico de 9,7%, con lo que ingresó en un período de recesión preocupante. Un nuevo informe del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) difundido ayer develó que, con más de 121.000 muertos desde la llegada del Covid-19 a su territorio, el Producto Bruto Interno (PBI) de la nación latinoamericana cayó 11,7% de manera interanual en el período comprendido entre abril y junio.
Este resultado supone la mayor caída trimestral del PBI desde 1996, año en el que comenzó la serie histórica. Cabe destacar que estas crudas cifras se encuentran dentro de las previsiones realizadas por los analistas económicos, que ya esperaban un hundimiento histórico y la ratificación técnica de la recesión, acumulando una retracción del 5,9% durante 2020. En el detalle, el documento oficial señaló que el sector servicios, responsable del 70% del valor agregado al PBI, retrocedió 9,7% en ese trimestre, baja que hubiese sido peor si no fuese por el salto del comercio electrónico experimentado en la cuarentena.
Por su parte, la industria retrocedió 12,3%. Estos dos sectores, sumados, representan el 95% del PBI de ese país. A esto se le suma que la inversión bajó 15,4%, y el consumo de las familias, otro de los motores económicos, retrocedió 12,5%. La actividad agropecuaria, sin embargo, se mantuvo en alza al crecer 0,4%, impulsada principalmente por la producción de soja y café.
En cuanto a la reactivación, hay algunos datos optimistas como el superávit comercial de agosto que, según las cifras del Ministerio de Economía, fue un 61,2% superior al del mismo período de 2019 (US$ 4.100 millones) y el mejor saldo para un mes de agosto en poco más de 30 años, desde que el indicador comenzó a ser medido con los actuales criterios en 1989.