El ministro de Economía, Luis Caputo, encabezó este lunes en Buenos Aires una reunión con inversores internacionales organizados por una entidad de Wall Street, en la que buscó reforzar la confianza en el rumbo económico de Argentina y adelantar un eventual retorno a los mercados de deuda internacionales en 2026. El encuentro se realizó en el Salón Manuel Belgrano del quinto piso del Palacio de Hacienda y formó parte de una agenda que incluyó análisis del tipo de cambio, las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y los plazos de financiamiento externo.
Durante la reunión, Caputo afirmó que el Gobierno apunta a mantener el equilibrio fiscal, acumular reservas y procurar un acceso estabilizado al crédito externo, todo ello como paso previo a la reapertura voluntaria del mercado de deuda. Los inversores, según fuentes presentes, “vinimos a ver cómo siguen”, y si bien reconocieron avances, advirtieron que no hay certezas inmediatas para una colocación internacional antes de final de año.
Uno de los ejes del diálogo fue el régimen cambiario. Fuentes del Ministerio desmintieron que Caputo haya anunciado una modificación inmediata de las bandas cambiarias, aunque el tema fue “uno de los puntos más consultados” por los fondos presentes. Los inversores, alertados por versiones de prensa, pusieron foco en cómo el ministerio y el BCRA gestionarán la acumulación de divisas, las intervenciones cambiarias y la evolución del dólar financiero.
La cita coincidió con la publicación del informe “Mind the Gap, There’s Room to Grow” de Goldman Sachs, que ubica a Argentina entre las economías emergentes con mayor “capacidad ociosa” o slack, funcionan por debajo de su nivel de utilización productiva, lo cual sugiere que el país podría crecer sin generar presiones inflacionarias adicionales. El documento señala que la economía local opera bajo su potencial debido al uso limitado de capacidad instalada y a un mercado laboral debilitado.
En la agenda de esta semana, el ministro se prepara para un encuentro clave con la conducción de la Unión Industrial Argentina (UIA), donde pedirá al sector privado que acelere las inversiones y acompañe la recuperación de la actividad industrial. La entidad fabril llega al diálogo con preocupaciones por el estancamiento económico, el costo del crédito y la presión impositiva.
Crecen las dudas sobre posibles ajustes en las bandas cambiarias









