Los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del cuarto trimestre de 2022, que difundió el viernes pasado el Indec, confirman una sensación afianzada en la sociedad: el aumento del empobrecimiento de los trabajadores en blanco.
Durante el año pasado, la pobreza entre las personas ocupadas subió del 25,8% al del 30,5%, superando el nivel de pre-pandemia. Son más de 5.500.000 de trabajadores formales o informales urbanos a nivel nacional que viven en hogares pobres, casi 1.000.000 de ocupados pobres más en tan solo un año. Según publicó la prensa porteña, esta realidad laboral arrastró a las familias y la pobreza infantil (menores de 14 años), pegó un salto del 51,1% al 56,5%, con un aumento entre los mayores de 65 años del 13,1% al 16,9%.
En relación al total de la población (urbana y rural) los pobres sumaron casi 19.000.000 a fines del año pasado. El índice de pobreza llegó al 40,9% contra un 36,5% a fines de 2021, aunque se estima que estas cifras deberían ser ahora superiores por la disparada de la inflación y en especial de los valores de las canastas básicas, en especial la alimenticia.
Según el análisis, el empobrecimiento generalizado de los trabajadores se debe a diferentes factores: la inflación ascendente, la pérdida de poder adquisitivo que se inició en 2017 -y ya lleva cinco años ininterrumpidos-, el abaratamiento de la mano de obra, ya sea por precarización, empleo informal o por convenios que cierran por debajo de la inflación, y el encarecimiento de los alimentos, que golpea sobre todo a los sectores de menores ingresos.
Ese incremento de la pobreza se produjo con más actividad, más personas ocupadas (bajó la desocupación) y en todas las modalidades laborales aunque en proporción subió aún más entre los asalariados registrados, con descuento jubilatorio, donde uno de cada 5 trabajadores registrados tiene ingresos por debajo de la línea de pobreza.
“Dentro de los trabajadores ocupados hubo un aumento interanual de casi 6 puntos porcentuales en la cantidad de asalariados formales (con descuento jubilatorio) que viven en hogares pobres, pasando del 13,6% en 2021 al 19,3% en el cuarto trimestre de 2022”, reveló el informe del Indec. Son poco más de 500.000 trabajadores registrados que viven en hogares pobres en relación a un año atrás. Con crecimiento, con menos desocupados y más ocupados, una proporción mayor de hogares o familias terminaron 2022 en la pobreza.
Cae el poder adquisitivo del salario
Un informe del mercado ganadero Rosgan reveló que, si se mide la cantidad de kilos de carne que se puede comprar con un ingreso medio en Argentina, se evidencia “un claro deterioro año tras año”.
El trabajo precisa, a partir de los datos disponibles por el Ministerio de Trabajo hasta el tercer trimestre de 2022, con un ingreso medio se podía comprar 66 kilos de carne vacuna al mes, un 30% menos que en 2019, cuando con el ingreso medio se podían adquirir 95 kilos.
Desde 2017, la caída en el poder de compra del salario no se detiene: pasó de poder adquirir hace solamente cinco años 110 kilos a 66 kilos en la actualidad. Esta última cifra se ubica bien por debajo de los 95 kilos promedio del anterior quinquenio. “En un contexto de elevada inflación, la pérdida del poder de compra de los hogares es inevitable”, dice el trabajo privado.