El poder de compra del salario sufrió una fuerte caída en relación al valor de un kilo de asado en los últimos siete años, a partir de un cambio en los hábitos de consumo y un aumento de los precios.
«En enero de 2017, un salario promedio podía comprar 189 kilos de asado, mientras que en septiembre de 2023, pudo comprar 132 kilos, 57 kilos menos», precisó un trabajo que realizó la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
No obstante, el informe advirtió que «debido a los saltos inflacionarios del precio de la carne y su posterior estabilización, hay meses dentro de este análisis en los que indicador mejora sobre cuántos kilos de asado puede comprar un salario. Sin embargo, la tendencia de la serie es siempre a la baja».
De acuerdo al trabajo de UADE, «a nivel mundial, la Argentina es el país con el mayor consumo de carne vacuna con 51 kilos por persona al año».
«Sin embargo, en los últimos años este consumo comenzó a revertirse. Este registro es 23,1 kilo menor que hace 30 años, cuando el consumo fue de 74,1 kilos, es decir que, el consumo de carne vacuna cayó un 31% en ese período», precisó.
UADE indicó que «en septiembre de 1993, se dio el pico máximo de consumo de carne durante el período analizado, en donde se consumieron 74,1 kilos de carne, mientras que el pico mínimo fue 47,9 kilos en diciembre de 2021».
Con relación a los precios, reveló que «a principios de enero de 2017, un kilo promedio de todos los cortes de carne vacuna costaba $114» y «en septiembre de 2023, el valor fue de $3.108».
«En 6 años y 9 meses, el valor promedio de un kilo de carne aumento un 2.726,3%. En lo que va del año 2023, el precio promedio de la carne vacuna está cercano a triplicarse, pasando de valer $1.241 en enero a $3.108 en septiembre», añadió.
UADE resumió: «El kilo de pollo en enero de 2017 costaba $34 y el de pechito de cerdo $109. En septiembre de 2023, los precios son de $945 y $1.869, respectivamente. El precio del kilo de pollo se incrementó un 2.779,4% y el de cerdo un 1.714,7%».
El informe admitió que pese a que «Argentina siendo el país con el mayor consumo per cápita a nivel mundial, la tendencia histórica es a la baja».
UADE afirmó que «el consumo total de carnes (vacuna, pollo y cerdo) ha aumentado, lo cual implica que los argentinos han sustituido el consumo de carne vacuna por las otras dos».
«El consumo de carne vacuna ha caído por diversas razones, entre las que se incluyen una mayor preferencia por otro tipo de alimentación como el veganismo, la elección de incluir menos carne en el consumo diario, el elevado costo de consumirla relacionado a la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos», señaló el informe.