El Fondo Monetario Internacional (FMI) reforzó sus advertencias al gobierno argentino y volvió a exigir que la política monetaria y cambiaria adopte un enfoque “más ambicioso” para acumular reservas internacionales, consideradas esenciales para “afrontar eventuales shocks y facilitar el acceso a los mercados”. La portavoz del organismo, Julie Kozack, realizó estas declaraciones en Washington y anunció que en los próximos días llegará al país una misión técnica para iniciar la evaluación preliminar de la auditoría prevista para enero, en el marco del programa acordado en abril.
El planteo del organismo ocurre en un momento en que la estrategia del presidente Javier Milei y del ministro de Economía, Luis Caputo, ha consistido en no priorizar la compra de divisas, debido al impacto que podría tener sobre el tipo de cambio y, en consecuencia, sobre los precios internos. Sin embargo, el FMI recordó que, aun después de la última revisión, las metas ya lucen comprometidas: el acuerdo establecía que las reservas deberían ubicarse en –US$3.300 millones, pero actualmente se estiman en –US$16.600 millones, según datos oficiales.
Un marco “coherente” y un diagnóstico delicado
Kozack afirmó que el Gobierno debe “aprovechar la ventana de oportunidad” y avanzar hacia un marco monetario y cambiario coherente, algo que —según sostuvo— será determinante para los próximos meses. También adelantó que el conteo de reservas se hará bajo los criterios del FMI, lo que excluirá el swap con Estados Unidos, reciente fuente de apoyo financiero para el Banco Central de la República Argentina.
La vocera remarcó que cumplir con la meta de reservas este año será desafiante, pero insistió en que resulta “indispensable” avanzar en esa dirección dentro del plazo acordado. Para el organismo, la acumulación de dólares funciona como un colchón macroeconómico y como garantía ante eventuales tensiones externas.
Bancos de inversión coinciden con el diagnóstico
La advertencia del FMI se suma a las señales emitidas por bancos internacionales. El JP Morgan difundió un informe en el que señaló que Argentina podría acumular reservas por debajo del 1% del PBI en 2026, y sostuvo que incrementar esas tenencias debería ser “una prioridad” para fortalecer las defensas del país antes de las próximas elecciones presidenciales en 2027. La entidad destacó que el respaldo político y financiero de Estados Unidos ofrece condiciones favorables para consolidar una mejora, pero advirtió que la falta de reservas expone al país a episodios de fuga hacia el dólar.
El banco estimó que las reservas brutas podrían aumentar US$5.000 millones durante el año, aunque aclaró que ese avance dependerá del tipo de cambio real, de los ingresos financieros y del comportamiento del sector externo. “El aval estadounidense debería utilizarse estratégicamente y con urgencia para construir colchones internos”, indicó el informe.
Señales negativas desde Barclays
En la misma línea, Barclays advirtió que Argentina mantiene reservas netas profundamente negativas. Según su análisis, al inicio de la gestión de Javier Milei las reservas estaban en –US$11.000 millones y actualmente rondarían los –US$16.000 millones, lo que representa un deterioro significativo frente a la meta pactada con el FMI para diciembre.
El banco también analizó la dinámica de la deuda y concluyó que el incremento reciente en los compromisos —incluidos los Bopreales y los repos del Banco Central con entidades internacionales— impidió una mejora sustancial en el perfil de obligaciones. Aunque hubo una reducción en los bonos en manos del sector privado, el aumento en los pasivos compensó ese alivio y mantuvo elevado el nivel total de deuda, estimado en US$175.000 millones.
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