Pese al optimismo del gobierno nacional, la recesión sigue sin haber tocado fondo en la Argentina, ya que tanto la industria como la construcción arrojaron datos muy negativos de actividad, según las últimas cifras conocidas del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
En junio último, el índice de producción industrial manufacturero (IPI manufacturero) mostró una caída del 20,1% respecto de igual mes de 2023. En tanto, el acumulado de enero-junio de 2024 presenta una disminución de 16,1% respecto a igual período de 2023. Además, el índice de la serie desestacionalizada muestra una variación negativa de 1,6% respecto de mayo, y el índice serie tendencia-ciclo registra una variación negativa de 0,9% respecto al mes anterior. Vale decir, no hay ningún indicador que justifique una mirada optimista respecto al futuro próximo de la actividad industrial.
Además, las 16 divisiones de la industria manufacturera presentaron caídas interanuales en junio. Ordenadas según su incidencia en el nivel general, se registraron disminuciones en “Industrias metálicas básicas”, con 31,2%; “Alimentos y bebidas”, con 8,0%; “Maquinaria y equipo”, con 33,1%; “Madera, papel, edición e impresión”, con 24,2%; “Productos minerales no metálicos”, con 35,6%; “Sustancias y productos químicos”, con 12,3%; y “Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes” con 32,2%.
Por su parte, el Indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) reveló una baja del 35,2% respecto a igual mes de 2023 en junio pasado. A la vez, el acumulado de los seis primeros meses de 2024 del índice presentó un retroceso del 32,7% respecto a igual período de 2023. Son cifras catastróficas, sólo comparables con la pandemia de coronavirus.
La perspectiva empeora cuando se discrimina la evolución de la demanda de los principales insumos de la construcción, que componen el índice del Indec. En este sentido, se observaron bajas del 56,7% en artículos sanitarios de cerámica; del 55,9% en mosaicos graníticos y calcáreos; del 54,7% en asfalto; del 47% en pisos y revestimientos cerámicos y del 45% en hormigón elaborado. También hubo una retracción del 44,6% en consumo de hierro redondo y aceros para la construcción; del 35,6% en ladrillos huecos; 32,8% en cemento portland; 31,6% en el resto de los insumos (grifería, tubos de acero sin costura y vidrio para construcción); 31,4% en placas de yeso; 26,1% en yeso; 12,7% en cales; y 4,9% en pinturas para construcción.
Fue la octava caída consecutiva de ese indicador, en el marco de la política del Gobierno nacional de cortar toda obra pública. Si bien el índice de la serie desestacionalizada mostró una variación positiva del 2,7% respecto de mayo, el índice serie tendencia-ciclo registró una baja del 1,5%.
Jubilados y docentes pagan el ajuste oficial
El equilibrio de las cuentas públicas durante los primeros siete meses del año se sustentó en la reducción de fondos a jubilados, las transferencias a las provincias y el financiamiento de las universidades, según reveló un estudio privado.
De acuerdo a este informe, el 27,6% del recorte “se explica por la merma del gasto ejecutado en los haberes de la clase pasiva”.
“Esto significa que de cada $ 100.000 que dejaron de gastarse en los primeros siete meses del año, casi $ 28.000 tendrían que haber ido a los bolsillos de jubilados y pensionados, sólo para no estar peor que en 2023”, explicó el trabajo presentado por Alejandro Rodríguez, director del Instituto Consenso Federal.
Asimismo, según este estudio, entre enero y julio de 2024 las universidades recibieron “31% menos de recursos, comparado con idéntico período del año pasado y en términos reales”.