Un nuevo informe de la Bolsa de Comercio de Rosario levantó esta semana todas las alertas, al proyectar que la cosecha de soja de 2023 será la segunda peor de los últimos 15 años como producto de la fuerte sequía que atraviesa el país, mientras que la caída del maíz se estimó en un 15% respecto a lo que se esperaba en un escenario climático normal.
Las estimaciones repercuten directamente en el ingreso de dólares para el país, ya que según la entidad rosarina caerán en al menos US$ 9.000 millones –aunque algunas entidades privadas elevan las pérdidas hasta los US$ 10.000 millones-. Con ello, se complican aún más todas las variables económicas: no sólo la posibilidad de acumular reservas en el Banco Central (BCRA), sino también el financiamiento de las cuentas públicas y la propia evolución de la actividad económica, en la que el sector agropecuario tiene una incidencia determinante.
Para colmo, el BCRA ya sufre cotidianamente el derrumbe del ingreso de divisas y acumula, desde que arrancó el año, un saldo negativo de US$ 500 millones. Ayer mismo debió vender 59.000.000 de dólares para sostener el precio de la divisa norteamericana, con lo que en las últimas doce ruedas ya se desprendió de US$ 650 millones. Vale recordar que, para cumplir con las metas del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) -cuyo objetivo central es la acumulación de reservas-, nuestro país debe acumular unos US$ 1.200 millones para el cierre del primer trimestre, objetivo que obligaría a fuertes compras del BCRA en el mercado en las próximas seis semanas si sigue todo igual.
Además, el Gobierno requiere de unos US$ 5.000 millones por mes para pagar importaciones y evitar que la actividad económica profundice la retracción que mostró en el segundo semestre del 2022. En este contexto, desde el mercado ya comenzaron a especular con el lanzamiento de una nueva versión del “dólar soja” a un tipo de cambio oficial más alto para incentivar la liquidación de exportaciones del campo y promover el ingreso de dólares a la economía. Según las estimaciones oficiales, los productores agropecuarios aún mantienen en los silobolsas unas 6.000.000 de toneladas de soja de la campaña anterior. Vale acotar que en la última campaña del “dólar soja” se liquidaron 3.000.000 de toneladas.
Sin embargo, se trata de un recurso complejo, como alertó el economista Jorge Vasconcelos de la Fundación Mediterránea: “De la mano de una cosecha de granos que en 2023 puede estar US$ 9.000 millones por debajo de la de 2022, el recurso del dólar soja puede ser menos predecible, con los productores demandando un premio mayor al 32% de diferencia que hubo en diciembre con el tipo de cambio oficial. En este último caso, la emisión monetaria por el plus será potenciada, al tiempo que no habrá cómo recuperar reservas en el segundo semestre, con los silobolsas vacíos”, apuntó el especialista en un análisis reciente.
Revelan irregularidades en el pacto con el FMI
La Auditoría General de la Nación (AGN) detectó numerosas irregularidades en el acuerdo que el Gobierno de Mauricio Macri firmó con el FMI en 2018, que terminaron afectando “la solvencia y la sostenibilidad de la deuda pública”.
Así lo concluyó un informe de la Comisión de Supervisión de Deuda Pública de la AGN, que realizó un estudio del acuerdo por el crédito stand by por más de US$ 45.000 millones que la administración de Cambiemos cerró en 2018 con el organismo internacional.
El análisis concluyó que la administración anterior incurrió en un “incumplimiento de los procedimientos normados”, ya que no contó con análisis de riesgos y solvencia ni con la opinión del Banco Central, como se establece por ley, entre numerosas irregularidades.
“La firma del acuerdo fue en 2018 y sus consecuencias sobre el endeudamiento público generaron un alto impacto sobre el perfil de vencimientos de ejercicios futuros, afectando la solvencia y la sostenibilidad de la deuda pública”, alertó el trabajo, que enumeró un conjunto de irregularidades en el acuerdo.