La economía argentina tuvo un leve rebote en agosto, cortando una racha de tres caídas consecutivas, según informó el INDEC. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) creció 0,3% respecto de julio, aunque el dato desestacionalizado sigue por debajo de los niveles de principios de año. La consultora Equilibra señaló que la recuperación se dio principalmente en sectores que habían caído fuertemente, como la producción industrial de alimentos y bebidas y el comercio.
La industria creció 0,6% mensual, mientras que la construcción avanzó 0,5%. Según la consultora LCG, la actividad mantiene un patrón “serrucho”: tras un mes al alza sigue uno a la baja, dejando a la economía prácticamente estancada respecto al cierre de 2024. Entre julio y agosto, las tasas de interés se dispararon, limitando el consumo y la inversión, mientras que los asalariados y jubilados registraron pérdidas acumuladas equivalentes a 2,3 meses de ingresos en los primeros 20 meses de la administración de Javier Milei.
En términos anuales, la economía avanzó 2,4%, la menor variación desde noviembre de 2024. Los sectores que más aportaron fueron bancos (+26,5%) y minería-petróleo (+9,3%), mientras que industria (-5,1%) y comercio (-1,7%) cayeron. El Índice Líder, publicado por la Universidad Torcuato Di Tella, registró su sexta caída consecutiva, confirmando la alta probabilidad de recesión. Solo tres de las diez variables que lo componen mostraron resultados positivos: confianza del consumidor, despachos de cemento y precios de minerales no metálicos.
El contexto de incertidumbre ha llevado a empresas y ahorristas a dolarizarse, manteniendo depósitos en moneda extranjera en niveles récord. Analistas advierten que la combinación de baja inversión, consumo limitado y tensiones cambiarias mantiene a la economía en un escenario de estancamiento, pese al leve rebote de agosto.
Leve avance del Merval, tensión cambiaria y escasas señales de recuperación económica