Un paquete de medidas destinado a impulsar el consumo y compensar en parte la escalada de precios tras la devaluación, será anunciado por el ministro de Economía, Sergio Massa, en cuanto regrese de Estados Unidos luego de reunirse con el FMI.
El candidato presidencial de Unión por la Patria -tercero en las primarias- confía en dar un golpe de efecto sumando esas medidas al desembolso de al menos US$ 7.500 millones por parte del Fondo Monetario, explicaron fuentes cercanas al Palacio de Hacienda.
El plan, que el equipo económico está terminando de pulir, incluirá suma fija para asalariados, créditos para estimular la economía, devoluciones fiscales y más señales para que las alimenticias no aumenten por encima del 5% mensual.
También se incluiría una medida para fomentar el blanqueo de trabajadores que están en la informalidad, a través de un monotributo productivo, aunque es una decisión cuya profundidad y alcance todavía se desconoce.
El equipo económico se reunió este fin de semana para afinar el contenido del paquete de medidas, una de las últimas chances que tendrá Massa de dar vuelta la elección o al menos entrar al balotaje previsto para noviembre.
Massa evalúa además medidas de respaldo a la industria, las pymes y el campo. Una de las principales preocupación es cómo compensar, al menos en parte, la suba de precios que produjo la devaluación.
En el marco de su pelea contra la escalada de precios, Economía inició reuniones con cadenas supermercadistas con las que acordó una pauta de aumento mensual de los precios de 5% mensual durante los próximos 90 días.
El acuerdo fue suscripto por 31 cadenas de supermercados mayoristas y minoristas como Día, Carrefour, Coto, Chango Más, Makro, La Anónima, Cencosur, Vital, Maxiconsumo, entre otros.
Incluirá, por el momento, a las marcas propias de las grandes superficies comerciales. Otra pata de la negociación continuará en los próximos días, con las empresas de consumo masivo que la semana pasada empezaron a desfilar por los despachos oficiales para renegociar Precios Justos.
A cambio, el gobierno ofreció beneficios impositivos para evitar que el incremento de costos que ya tuvieron los supermercados, a través de sus proveedores, se traslade a los precios.
Economía advirtió las empresas que aumenten sus precios por encima del tope fijado serán sancionadas y perderán los beneficios fiscales.
En la inflación de agosto impactará con fuerza la suba de combustibles del 12,5% aplicada por las petroleras, antes de anunciar que quedarán congelados hasta fines de octubre.
Massa también firmó acuerdos con laboratorios nacionales y cooperativos de la Argentina por el que estableció un congelamiento de precios.
Aún no sumó a los laboratorio extranjeros enrolados en la CAEME, que ya anticiparon su decisión de dialogar por los precios.
Sobre el acuerdo con los nacionales, Massa destacó que «es un esfuerzo compartido que hacen laboratorios cediendo su rentabilidad y el Estado para que no se traslade al bolsillo de la gente».
Y agradeció la «buena disposición» de los laboratorios que participaron de la negociación, como Rommers, Elea, Bagó, Gador y ejecutivos de las cámaras sectoriales, Cilfa y Cooperala.
El Gobierno prevé además recalcular una variable decisiva: la de las tarifas y los subsidios, ya que la devaluación vuelve a cambiar la ecuación del costo de la generación y, por lo tanto, la necesidad de subsidios en caso de que el Gobierno no permita un traslado a las boletas.
Tanto para energía eléctrica como en gas, para hacer operativo una suba de tarifas primero el Gobierno tiene como requerimiento por ley llamar a una audiencia pública.
La secretaria de Energía, Flavia Royón, anticipó que «va a haber una actualización» de las tarifas de electricidad, luego de que «la semana que viene» se realice un estudio de «cómo la devaluación afecta el costo de la generación».