La mejora en el nivel de actividad y, muy especialmente, la recolección de la cosecha gruesa en todas las zonas productivas traen aparejada la falta de combustibles.
Las estaciones de servicio tienen niveles de reservas de naftas al límite y serios faltantes de gasoil, combustible clave para todo el proceso. En algunas localidades, como en Alta Gracia, las estaciones están racionando la venta de diesel a 15 o 20 litros por vehículo para repartir las reservas entre más clientes. En tanto, en otros puntos de venta del interior de Córdoba hay numerosas estaciones sin gasoil porque ya vendieron todo el cupo.
“No se trata de especular con el producto, lo que algunas estaciones están haciendo es evitar que los primeros clientes llenen los tanques y que otros no puedan reponer nada”, explicó Gabriel Bornoroni, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de la República Argentina (Cecha).
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Para Bornoroni, la demanda supera a la oferta por la falta de inversión y por la negativa de las petroleras para importar. “Hay un 20% de lo que consume Argentina que es importado, ninguno lo quiere importar porque el barril a precio internacional está a US$ 120 y en Argentina está en US$ 56”, aclaró. “Como por la cosecha se consume más, el problema salta ahora, pero no es nuevo y se está agravando”, explicó el empresario que, además, dijo: “El precio de venta de los combustibles está atrasado un 35%”.
En tanto, Rolando Pérez, gerente de la Cámara Empresaria del Autotransporte de Cargas de Córdoba (Cedac), dijo que entre las causas del faltante de gasoil está el “atraso de alrededor del 30% que tienen los combustibles” y un problema puntal respecto del último aumento. “La semana pasada subieron los precios en las estaciones un promedio del 11%, pero en la venta a granel, aumentó un 27%. Eso hizo que el litro esté entre $ 10 y $ 12 más caro entre una boca y otra. Esto provocó un corrimiento del mercado presionando más aún la demanda en los surtidores minoristas”, detalló Pérez.
Para el dirigente transportista, el problema, que había comenzado el año pasado, ahora se agravó, pero en las próximas semanas “se va a profundizar todavía más” porque “no se advierte cuál puede ser la salida”. “Estamos en un cuello de botella, vamos a estar más complicados, el panorama no es nada alentador, la cosecha recién empieza, a nivel gobierno, ni nacional ni provincial, los funcionarios no hablan”, dijo.