El presidente de la Nación, Javier Milei, presentó el Presupuesto 2026, con eje en equilibrio fiscal y superávit, sin incluir referencias a la industria, las pymes ni el empleo.
Las pequeñas y medianas empresas representan más del 90% del entramado empresarial, generan cerca del 70% del empleo privado formal y sostienen cadenas de valor en todo el país. A pesar de ello, más de 15.000 empresas cerraron en los últimos meses, afectando a 250.000 trabajadores y trabajadoras. Sectores estratégicos como metalurgia, autopartes, construcción y alimentos muestran recesión y caída del consumo, con talleres y fábricas operando a media máquina.
Reacción de los sectores productivos
El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, afirmó que “las palabras del Presidente no incluyen la industria, las exportaciones, el mercado interno ni las fuentes de trabajo”. Señaló la importancia de un diálogo constructivo para garantizar la sustentabilidad de la producción nacional: “La industria es la generadora de riqueza para avanzar en su plan. Rogamos tenerla en cuenta”.
Por su parte, la Unión Industrial Argentina (UIA) valoró el equilibrio fiscal y la estabilidad macroeconómica, según Martín Rappallini, pero reclamó medidas adicionales: competitividad sistémica, modernización laboral, reducción de presión tributaria, infraestructura adecuada y financiamiento productivo, así como nivelar la cancha frente a la competencia externa.
Economía real versus superávit
Según el Informe de Coyuntura Económica de IPA, aunque el INDEC muestra crecimiento interanual, “el avance se sostiene sobre una base de comparación baja, reflejando más un rebote estadístico que una recuperación sólida”. La economía financiera impulsa el crecimiento, pero la actividad real sigue frágil, con consumo interno débil, industria sin recuperar niveles y pymes enfrentando serias dificultades.
El sector advierte que la estabilidad fiscal no alcanza por sí sola: sin producción, trabajo e inversión, cualquier presupuesto será solo un ejercicio contable, desconectado de la realidad social y económica. Las pymes, empresas familiares y productoras de todo el país, reclaman reglas claras, financiamiento accesible e impuestos razonables para sostener la economía real.