El anuncio de la incorporación del Sindicato de Camioneros al control de precios en supermercados y grandes centros de venta desató una ola de repudio y malestar con el gobierno nacional tanto en la oposición política como en entidades empresarias.
La Secretaría de Comercio anunció que intensificó sus controles en los centros de distribución de las principales cadenas de supermercados ante la detección de faltantes de productos del programa Precios Justos, con la colaboración de los trabajadores de logística del gremio. “Junto a Pablo Moyano sumamos la colaboración del gremio camioneros para que los trabajadores de la rama logística aporten en la verificación del cumplimiento” de los acuerdos de precios, anunció el titular de la secretaría, Matías Tombolini.
Pero la respuesta fue inmediata: “Copal respeta el Estado de derecho. Ni nosotros podemos arrogarnos la función de controlar, ni puede incluirse a terceros con intereses particulares. El control es una función indelegable del Estado”, consideró el titular de la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja. “Si hablamos de un Estado presente, es necesario que el Estado controle, tercerizar esa función genera una mayor incertidumbre ante una posible colisión de intereses”, completó ayer el también presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA).
“Si está bien que las empresas acudan al Estado cuando tienen problemas, también es correcto que lo hagan los sindicatos”, respondió a la vez Tombolini, quien sentenció: “Quien plantea diferencias por su ideología que se haga cargo, nosotros necesitamos a todos para bajar la inflación y llevar alivio a la mesa de los argentinos”.
Sin embargo, el rechazo se extendió a otros sectores políticos. La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, preguntó en sus redes: “¿Realmente creen que se combate la inflación metiendo a los patoteros de Moyano en los supermercados? Se combate dejando de imprimir billetes y reduciendo el gasto público”, agregó. El diputado nacional de Avanza Libertad José Luis Espert aseguró además que “los controles de precios son una amorfidad (sic) para bajar la inflación. Es no entender nada de cómo funcionan las cosas. Es de ignorante”. “Agregarle una mafia corrupta y violenta como los Moyano para que se cumplan, transforman el accionar del Gobierno en algo escatológico”, completó el economista.
“Es increíble que el Gobierno crea que la inflación se controla mandando patovicas de Moyano a los supermercados”, agregó el titular de la UCR, Gerardo Morales, quien consideró que “esta es la muestra de un Gobierno debilitado y sin conducción”.