El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, indicó ayer que el Gobierno está “trabajando” para “garantizar” la provisión de gas para el próximo invierno tanto con Bolivia como con Brasil. “Sabemos qué está ocurriendo con el gas en el mundo a partir de esta guerra y cómo ha afectado a los precios, en particular del Gas Natural Licuado (GNL), y, en ese contexto, se está trabajando a máximo nivel de nuestro Gobierno para garantizar la provisión”, afirmó en declaraciones radiales.
Ante esta realidad, el diplomático destacó la visita a Buenos Aires del presidente de Bolivia, Luis Arce, el próximo jueves y anticipó que el abastecimiento de gas “seguramente va a ser un tema central de agenda”.
En paralelo, Scioli anticipó que la Embajada, junto con el ministro de Economía Martín Guzmán “inició gestiones y ya tuvo una reunión con el ministro de Minas y Energía brasileño (Bento Costa Lima) para que se puedan tener por parte de Brasil algunos millones de metros cúbicos más durante el invierno que después se lo compensaríamos”. El embajador explicó que el acuerdo “está encaminado” y que, “en términos prácticos, Brasil cedería una parte de sus importaciones de Bolivia”.
En este sentido, Scioli recordó que la Argentina fue “muy solidaria con Brasil el año pasado, con su sequía y la caída de la producción hidroeléctrica”. Por ese motivo, reveló: “Ahora lo que buscamos es que ellos nos ayuden con la provisión de gas, sin que eso implique una merma del fluido que usan para su propio consumo”.
En materia de combustibles, desde el sector de las estaciones de servicio están en alerta por posibles faltantes durante Semana Santa. Así lo señaló ayer Carlos Gold de Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha). “Hay un atraso general en cuestión de precios en todas los combustibles. Esto hace que el abastecimiento no sea normal”, dijo. “El atraso en precios se hace más notorio en el gasoil porque es el combustible que requiere más importación. La producción local no alcanza a satisfacer el total de la demanda y ahí se produce la brecha”, explicó.
En el sector se estima que las petroleras importan un 30% del diésel que requiere el mercado. Sobre este punto, Gold indicó que las petroleras pierden $40 por litro en la venta de gasoil. “Este panorama de importar el producto y volcarlo al mercado interno les ocasiona una pérdida importante y están dejando de hacerlo. Las petroleras establecen a las estaciones de servicios un cupo mensual con el que nos van a abastecer de gasoil y por encima de ese cupo cualquier pedido adicional tiene un sobreprecio de $40 y $50”, dijo. Y añadió que en el mercado de combustibles existe una asimetría: “Al estar pisados los precios de los surtidores, la alternativa que tienen las petroleras es recomponer en el sector mayorista, que no está regulado”.