Un estudio revela por qué buscamos saber qué hubiera ocurrido si tomamos decisiones diferentes

El efecto se llama curiosidad contrafactual”

Un estudio revela por qué buscamos saber qué hubiera ocurrido si tomamos decisiones diferentes

El fenómeno mental por que el luego de tomar una decisión difícil nos ponemos a pensar en las demás posibilidades que dejamos de lado se denomina curiosidad contrafactual, y puede llegar al extremo de causar obsesión sobre lo que podría haber sido y no fue.

Una de esas universidades que hace estudios raros, de poca utilidad, pero interesantes, en este caso, la Universidad de Reading en el Reino Unido, analizó hasta qué punto nos atrae esta conducta.

Los investigadores llevaron a cabo diferentes experimentos con más de 400 personas, y comprobaron que, aunque lo que descubramos nos haga sentir mal, no podemos evitar pensar en las alternativas de nuestras acciones.

Para la prueba de curiosidad contrafactual se utilizó un juego clásico que mide la atracción al riesgo. Los voluntarios se pusieron delante de una computadora con una especie de juego en el que hay que inflar un globo.

Cuanto más aprietan una tecla, más se infla el globo y mayor será su recompensa. Sin embargo, el globo tiene un límite asignado al azar y, por encima de este, explota. Si el globo explota, se quedan sin recompensa.

Esta es la prueba que los investigadores de Reading propusieron, en primer lugar y permitiendo varios intentos, a un total de 150 personas.

En cada prueba, uno a uno, los participantes decidían hasta qué punto inflar el globo. Después, se les mostraba si el globo había explotado o se mantenía inflado.

Tras conocer el resultado, los participantes tenían que revelar si estaban contentos o tristes con él. Seguidamente, se les ofreció la oportunidad de buscar información contrafactual, es decir, saber hasta dónde podrían haber inflado el globo para recibir una mayor recompensa.

Al conocer esta información, se preguntó a cada participante si se sentía mejor o peor con su resultado para comprobar si su estado emocional había cambiado.

En los diferentes experimentos, se modificó el coste de recibir la información contrafactual: era gratuita, restaba algunos puntos, implicaba un esfuerzo físico, o reducía el tiempo de la prueba.

En todos los casos, los participantes revelaron sentirse peor al saber que podrían haber inflado más el globo y haber obtenido una mayor recompensa. Cuanto más habían perdido, mayor era su tristeza.

Según los investigadores esto se debe al arrepentimiento, una emoción negativa que surge al comparar el resultado obtenido con un resultado mejor que se habría conseguido actuando de otra forma.

Un estudio de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, apuntó que el arrepentimiento también motiva nuestra toma de decisiones. Esto puede explicar que los participantes en el estudio de Reading asumieran más riesgos en sus siguientes intentos.

Además, a pesar de su tristeza, los participantes no dejaron de interesarse por la información contrafactual. Quisieron saber hasta dónde habría aguantado el globo en el 46% de las pruebas en que se mantenía inflado, aunque tuviera un coste.

Los participantes llegaron a gastar sus puntos en un 18% de los experimentos para recibir información contrafactual. Del mismo modo, tampoco dejaron de intentarlo cuando conseguir la información suponía un esfuerzo físico.

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