El periodista David Kavlin atravesó un episodio de extrema gravedad el sábado por la mañana, cuando sufrió un infarto, padeció un paro cardíaco durante el traslado en ambulancia y debió ser reanimado en la guardia de la Clínica La Trinidad de San Isidro, donde los médicos lograron estabilizarlo y colocarle un stent para salvarle la vida.
El hecho ocurrió luego de que Kavlin jugara un partido de paddle en la sede central del club Hacoaj. Según relató, comenzó a sentirse mal tras la actividad física y el cuadro se agravó en pocos minutos. En ese contexto, fue clave la rápida reacción de su entorno y del personal del club, que activó el protocolo de emergencia.
En el lugar le realizaron un electrocardiograma que confirmó el diagnóstico y se activó el “código rojo”, lo que derivó en la llegada de tres ambulancias para su traslado inmediato. Sin embargo, la situación se tornó aún más crítica durante el viaje al hospital.
“En la ambulancia, hice un paro cardiaco y en la guardia de la clínica me revivieron. Llegué muerto”, contó el periodista, al reconstruir los momentos más dramáticos.
Una vez en la clínica, el equipo médico actuó con rapidez y logró reanimarlo. Posteriormente, fue sometido a una intervención de urgencia en la que le colocaron un stent para normalizar la circulación sanguínea. Gracias a esa atención inmediata, su estado logró estabilizarse y actualmente se encuentra en recuperación.
Desde el centro de salud, Kavlin destacó el trabajo del personal que lo asistió durante todo el proceso. “La atención de todos acá en la clínica es impecable, desde las enfermeras hasta los médicos”, expresó, y mencionó especialmente a quienes intervinieron en su atención: “El cardiólogo que me atendió en el club se llama Tomás Vernero, y la enfermera que me atiende como un rey es Silvana Fazzetto, ella es la más importante”, dijo con humor, ya más tranquilo.
El periodista también reflexionó sobre su exigente rutina laboral y el impacto del estrés en su salud. “Estoy trabajando mucho, en Argentina 12, haciendo Mañana picantes, después conduzco Nuevediario todas las noches y mientras tanto saqué el libro Nos gritan judíos de mierda. La difusión del libro me llevó por todos lados, no paré y eso también me generó bastante estrés”, señaló.
A pesar del fuerte susto, Kavlin se mostró optimista sobre su recuperación y su futuro profesional. “Así que me van a tener que seguir aguantando en la tele. Y ahora también estoy escribiendo el segundo libro. Así que tengo cuerda para rato”, aseguró, dejando un mensaje de alivio y fortaleza tras uno de los momentos más delicados de su vida.
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