La candidatura de «Argentina, 1985», el filme de Santiago Mitre que sigue la tarea de Julio Strassera y Luis Moreno Ocampo como fiscales del Juicio a las Juntas de la última dictadura cívico-militar, marca la octava participación del país en los premios de la Academia de Hollywood, en los que esta noche espera consagrarse con una tercera estatuilla para la cinematografía nacional.
Con destacadas actuaciones protagónicas de Ricardo Darín y Peter Lanzani, la cinta de Mitre es una de las principales contendientes en la categoría de Mejor película internacional, aunque arribará a la gala en el Dolby Theatre de Los Ángeles con el desafío de imponerse por sobre la alemana «Sin novedad en el frente», una de las más nominadas de la 95ta. edición de los lauros.
El paso argentino por la máxima fiesta del entretenimiento estadounidense se remonta a 1974, cuando recibió su primera candidatura por el recordado drama romántico «La tregua», de Sergio Renán y basada en la novela homónima del uruguayo Mario Benedetti.
Héctor Alterio, Ana María Picchio, Luis Brandoni, Marilina Ross, Aldo Barbero, Antonio Gasalla y Oscar Martínez -con apariciones especiales de Norma Aleandro y China Zorrilla- conformaban el elenco de esta emotiva cinta, que se convirtió en la primera sudamericana hablada en español en llegar al Oscar, que en esa ocasión quedó en manos de la memorable «Amarcord», de Federico Fellini.
Una década más tarde Argentina volvería a formar parte de la gala con «Camila» (1984, de María Luisa Bemberg), y un año después regresaría con su primera estatuilla bajo el brazo por «La historia oficial», de Luis Puenzo, que triunfó en la 58va. edición de los premios imponiéndose sobre «Cosecha amarga», de Agnieszka Holland, y «Papá salió en viaje de negocios», de Emir Kusturica.
Nuevamente con la presencia de Alterio en los roles protagónicos, esta vez junto a Norma Aleandro, el filme de Puenzo abordaba la cuestión de la dictadura en la entonces recién recuperada democracia, con un sensible relato sobre una mujer que comienza a sospechar de los orígenes de su pequeña hijita adoptiva y del vínculo de su marido con la llegada de la niña al hogar.
En 1998 el cine local tuvo una nueva oportunidad con el drama romántico y musical de Carlos Saura «Tango, no me dejes nunca», con Miguel Ángel Solá en el rol de un director de teatro que entra en una complicada situación amorosa con la pareja de su jefe mientras él mismo intenta superar la ruptura con su novia, y que fue superada en los lauros por «La vida es bella», del italiano Roberto Benigni.
Luego, recién iniciado el nuevo milenio, el país dijo presente en la 74ta. entrega de la Academia con «El hijo de la novia» (2001), la primera aparición del reconocido Juan José Campanella en el circuito, que aunque resignó sus esperanzas tras el Oscar para «El último día», ópera prima del bosnio Danis Tanovic, sería quien ocho años más tarde ganaría la segunda estatuilla para Argentina.
Fue con el aclamado drama de suspenso «El secreto de sus ojos» (2009), con actuaciones de Darín y Soledad Villamil junto a Pablo Rago y Guillermo Francella, que compitió en su categoría con la peruana «La teta asustada», la israelí «Ajami», la francesa «Un profeta» y la alemana «La cinta blanca».
Allí, Darín interpretaba a Benjamín Espósito, un exagente judicial que, mientras repasa sus recuerdos alrededor de los eventos desatados dos décadas atrás a raíz de un asesinato que nunca pudo resolver para escribir un libro sobre el tema, descubre la impactante resolución que el hecho tuvo mientras se mantuvo alejado obligadamente de su investigación.
En tanto, la última vez que una producción argentina formó parte de la categoría a Mejor película internacional fue de la mano de Damián Szifron y su comedia negra y dramática de antología «Relatos salvajes» (2014), que le dio al país su séptima candidatura con un notable trabajo de guion y de su elenco, en el que figuran Julieta Zylberberg, Rita Cortese, Leonardo Sbaraglia, Nancy Duplaá, Oscar Martínez, María Onetto, Érica Rivas y, una vez más, Ricardo Darín.