Bancos de Alimentos Argentina y el programa Alimentando el Mañana llevan adelante una alianza estratégica para promover la alimentación basada en plantas en contextos de vulnerabilidad. En la primera etapa del proyecto, Río Cuarto es uno de los tres puntos clave donde ya se proyectan más de 300.000 raciones anuales.
La ciudad de Río Cuarto, en Córdoba, forma parte de la primera fase del plan conjunto que busca distribuir 500.000 platos de comida de origen vegetal en 48 organizaciones sociales del país. En esta etapa inicial, también participan los Bancos de Alimentos de Goya (Corrientes) y Valle de Uco (Mendoza), alcanzando en total a casi 7.000 personas.
En Río Cuarto, el programa ya trabaja con 27 instituciones comunitarias, proyectando un impacto de más de 326.000 raciones de comidas basadas en plantas al año. Además, se distribuyeron 11 ollas brujas (tecnología de cocción eficiente que reduce hasta un 70% el consumo de gas) y se prevé entregar otras cuatro antes de fin de año.

Alimentar mejor, cuidar el planeta
La propuesta no solo busca mejorar la calidad de la alimentación en sectores vulnerables, sino también hacerlo de forma más sustentable y equitativa. Según explicaron desde la organización, las dietas basadas en plantas integrales incluyen alimentos sin procesar o mínimamente procesados, como frutas, legumbres, vegetales, semillas, cereales y frutos secos, que permiten cubrir necesidades nutricionales sin depender de alimentos de origen animal.
“Una alimentación verdaderamente sustentable es aquella que es saludable, culturalmente aceptada y producida de manera eficiente. Esta alianza fortalece la resiliencia de nuestras comunidades mientras cuidamos el planeta que compartimos”, destacó Alexandra Navarro, referente del programa Alimentando el Mañana.
La implementación también incluye capacitaciones a cocineros y acompañamiento técnico para incorporar ingredientes nuevos, mejorar las prácticas diarias y optimizar recursos.

Alimentos accesibles y nutrición con impacto social
Desde Bancos de Alimentos Argentina remarcaron que este tipo de estrategias no solo fortalecen la seguridad alimentaria de las comunidades, sino que también generan cambios sostenibles. “Trabajar en red nos permite potenciar el impacto. No se trata solo de distribuir alimentos, sino de transformar prácticas, ampliar el acceso a una alimentación de calidad y hacer más eficientes a las organizaciones que sostienen estos espacios”, señaló Amanda Reboratti, gerenta de Fortalecimiento de la red.

Además del beneficio ambiental, se apunta a mejorar la salud pública mediante la reducción del consumo de ultraprocesados y carnes, y a garantizar el acceso equitativo a nutrientes esenciales en sectores que históricamente enfrentan barreras económicas y de infraestructura. Con esta iniciativa, Córdoba se suma a un movimiento global que busca replantear no solo qué comemos, sino cómo lo producimos, cocinamos y compartimos.