Fabiana Cantilo acaba de lanzar «Cuna de Piedra», un nuevo material de estudio que grabó con instrumentos y sonoridad celta y donde escribió una canción para Charly García, otra para Fito Páez y una tercera para su gata Luna, además de poner en juego una serie de mensajes que la artista adjudica al «momento de renacimiento personal» que atraviesa.
La «reina del rock» estará presentando este material el próximo viernes 3 de enero en Gualeguaychú y el sábado 15 de febrero en la ciudad chaqueña Sáenz Peña, antes de pasar por el Lollapalooza el sábado 28 de marzo, luego de lo cual emprenderá una gira por Londres, Dublin y varios puntos de España.
En este nuevo trabajo, sucesor de «Proyecto 33», la artista cambia de rumbo y se adentra en una geografía musical que construye a través de instrumentos celtas, arreglos sofisticados, sonidos orgánicos y, como siempre, sensibilidad.
«No pienso el disco antes, es algo que viene más del corazón. Los que lo piensan son los que van directo al hit, porque hay una forma. Pero yo estoy acá para pasar un mensaje. La gente conocida tiene que darse cuenta de que está para pasar un mensaje y no para llenarse las arcas y ponerse plumas en el orto», reflexiona Fabi en diálogo con Télam, mientras riega las plantas de su jardín.
La artista comenzó sus andanzas a principios de los 80 de la mano de Bay Biscuits, un grupo de rock teatral femenino que compartió escenario con bandas como Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y Serú Girán y, más tarde se sumó a Los Twist en pleno auge del grupo de Pipo Cipollati, participó de la banda de Charly García y arrancó una extensa carrera solista.
De ese modo, y sin saberlo, fue pionera dentro del rock de un movimiento que cobraría relieve décadas después junto a la lucha por la Ley del Cupo Femenino en la Música, impulsado en un contexto de movilizaciones masivas por los derechos de las mujeres, el movimiento #NiUnaMenos y la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Creyente budista y vegana por elección -siempre que las condiciones se lo permitan-, Fabi huye de conversaciones relacionadas con la política, se interesa por la numerología, indaga en su vínculo familiar, suma instrumentos celta y regala de esa ecuación once composiciones afinadas en 432, apelando a su capacidad de vibración curativa.
¿Cómo fue configurándose «Cuna de piedra»?
Me gusta investigar y encontré que soy luna en capricornio y que en el horóscopo significa cuna de piedra, que fue la infancia que tuve: dura, como de un niño adulto y ya conociendo de chiquito las mierdas de los humanos que venimos a desarrollar y a limpiar. Descubrí por mis antepasados que hay en mi familia historia celta y que es una cultura que enaltece a la mujer. Entonces puse todos esos elementos e instrumentos nuevos en mi disco e hice el experimento de afinar en 432. Nada que ver con la moda, no me parece que a la gente haya que darle más dulce de leche para que queden boludos. Hay un montón de artistas que nunca tocaron reggaeton pero ahora lo hacen porque vende y me dan ganas de vomitar. Todo puede corromperse, a mí me pudieron con la depresión, pero no lo hicieron con el poder, el dinero ni el sexo, no tengo ninguna de las tres, prefiero ser libre (risas).
¿Cómo fue el proceso del disco?
Empezó con Ezequiel Borra, un músico excelente. Nos juntamos a tomar unos mates y me propuso hacer un disco. Empezamos con la lluvia de ideas inicial y fuimos a la quinta de mi abuela a grabar el disco en vivo. Empezamos con zapadas, elegimos los temas, compusimos juntos «Ya sé qué hacer» y después se me ocurrió incluir algo de la cultura celta. Al final decidí producirlo sola, y le dediqué la canción «Tiro de gracia». Trabajé con Cay Gutiérrez en la elección de los instrumentos, gaitas, arpa, violín, y dejé que los músicos toquen los arreglos que querían pero en el momento y con el instrumento que yo quería.
¿Cuál es el mensaje que hay en «Cuna de piedra»?
El mensaje baja y yo lo escucho sin darme cuenta. Me senté una noche y no sé por qué le hice una canción a Charly, otro día escribí otra para Fito, también hay una dedicada a mi gata, «Luna»… El disco tiene licencias poéticas que no tienen que ver con nada y a la que la persona le dará un sentido particular. Es un disco que tiene más mensaje que nunca, debe ser por mi momento, aprendí a quererme y ahora me parezco linda.
¿Considerás que cambió la sociedad respecto del lugar de la mujer?
En un momento, en los 90, cuando reinaba Pergolini y sus secuaces yo la pasé como el culo. A principios de los 80 había estado con Los Twist, Fito y Charly, pero después no sé qué pasó y con «¿De qué se ríen?» se armó una cosa de odio hacía mí. Estuve luchando contra algunos machistas sin darme cuenta, imaginate que cuando sos pionera no la pasas muy bien (risas). Soy muy insegura, pero ahora todos me quieren y piensan que hice una carrera bárbara. Hay un cambio en la sociedad, la lucha por la ley del aborto volvió a reunir a todas las mujeres y nos dimos cuenta de que somos muchas y de que tenemos poder.
Fuente: Agencia Télam