La polémica por el cierre del museo “La Pastera – Museo del Che”, ubicado en San Martín de los Andes, escaló en las últimas horas luego de que el secretario general de ATE, Rodolfo Aguiar, cuestionara públicamente al presidente de la Administración de Parques Nacionales, Cristian Larsen, por avanzar con la medida.
Desde sus redes sociales, Aguiar lanzó críticas directas hacia Larsen, acusándolo de «tener malos resultados de gestión» debido a los incendios forestales registrados en distintas provincias durante el último año. En tono desafiante, el dirigente sindical advirtió: “Ya sabés que no lo vas a poder cerrar ni aunque vayas con toda la Federal”, en referencia al museo gestionado por ATE desde 2003.
La tensión entre ambos se intensificó tras una publicación del propio Larsen, en la que informó haber recibido una carta documento enviada por ATE para frenar la decisión de recuperar el predio. El funcionario acusó al sindicato de “vivir del Estado” y defendió la decisión de cerrar un espacio que, según él, “homenajeaba a un terrorista con dinero público”.
«Nosotros defendemos la propiedad privada, la libertad y la soberanía nacional. No nos sorprende que los que lucran con el Estado salgan a defender al Che Guevara», sostuvo Larsen, quien confirmó que el plan oficial es reconvertir el lugar en un homenaje a Perito Moreno, a quien definió como “el verdadero héroe de los parques nacionales”.
El conflicto se enmarca en una serie de decisiones del Gobierno nacional para revocar comodatos otorgados a organizaciones sindicales o sociales. La semana pasada, el vocero presidencial Manuel Adorni había anticipado que se daría de baja el acuerdo que permitía a ATE mantener el museo en funcionamiento en un predio del Parque Nacional Lanín, donde en 1952 pernoctó el joven Ernesto Guevara durante su viaje por América Latina.
En su defensa, Aguiar respondió mediante una carta documento que “es falso que ATE haya incumplido las condiciones del comodato”, y remarcó que desde su inauguración hace más de dos décadas, “se han cumplido de forma íntegra todas las obligaciones del contrato”.
El futuro del museo, que recibe miles de visitantes cada año y forma parte del circuito turístico de la Patagonia neuquina, queda ahora en el centro de una disputa que mezcla ideología, historia y política institucional.