En los extensísimos fundamentos, de 758 páginas, el tribunal que condenó a Sanz entendió que el acusado mató a su madre de dos escopetazos por razones económicas. Según se desprende, existían frecuentes discusiones y peleas entre el joven y Cadamuro, motivados fundamentalmente por la administración de algunos bienes inmuebles que pertenecían a la víctima pero que eran gestionados por su hijo.
Las discusiones se transformaron en algunas oportunidades en agresiones físicas y en amenazas de muerte por parte de Sanz dirigidas a su propia madre. A causa de ello, el tribunal tuvo en consideración algunas medidas de seguridad que había implementado Cadamuro ante el miedo que le tenía a su hijo. Además de incorporar diferentes elementos de prueba del crimen, como las zonas donde se activaron los teléfonos celulares, el hallazgo del cuerpo en un campo ubicado al norte de Jesús María, en Villa Gutiérrez.
María Eugenia no solamente estuvo en ese mismo lugar ya que allí apareció su cuerpo meses después, sino además porque la misma antena es la que captó su señal telefónica de manera simultánea con los llamados que involucra al teléfono de Jeremías Sanz”, dice uno de los párrafos de los fundamentos a los que tuvo acceso HOY DÍA CÓRDOBA.
Además, destaca que al momento de hallarse el cadáver de la víctima, según puede apreciarse en las fotografías de fs. 2128 y ss., vestía una campera bordó marca Sibari, talle L (campera de gran tamaño en relación a la contextura física más pequeña que tenía María Eugenia), y estaba a su vez envuelto en un acolchado matelasé de color negro y gris”. Ambas prendas eran idénticas a las que tenía Sanz en su propia casa, según se desprende de las fotografías extraídas de su propio teléfono celular
Un dato a destacar es que los fundamentos hacen especial hincapié en la presunta complicidad de la hermana de María Eugenia y su marido, un tema que quedó pendiente pero que deberá ser investigado.
Esto es una injusticia. Vengo padeciendo infinitas cosas y lo más importantes es que me quitaron a mi madre”, dijo Sanz el 17 de diciembre pasado al dar su último testimonio ante los jurados populare. Luego agregó: «Todo el proceso ha sido de una clara animosidad manifiesta tanto a mi familia como a mí. Yo no soy juez, soy un ser humano que puedo tener defectos, pero nunca haría algo así. Como mi defensa lo dijo nunca investigaron y siempre se guiaron por una sola hipótesis. Sometieron y extorsionaron tanto a mí como a mi familia. Y nunca investigaron a Pedro Antonio García y otros nombres que mi defensa mencionó en este debate. Quiero que se encuentre la verdad, me quitaron a mi madre».
La última vez que se la vio con vida a María Eugenia Cadamuro fue precisamente cuando Jeremías la pasó a buscar por su casa de bulevar Agüero, el 15 de marzo de 2017, aproximadamente a las 19:15 hs, según la declaración de un testigo que quedó asentado en el fallo.