Olas de calor como la que actualmente está sufriendo Europa y otras tendencias negativas en el clima serán habituales al menos «hasta 2060», advirtió este martes el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas (OMM), Petteri Taalas.
«La mayor frecuencia de estas negativas tendencias continuará al menos hasta 2060, independientemente del éxito o no a la hora de mitigar el cambio climático», subrayó el experto en una rueda de prensa para analizar la actual ola de calor, celebrada conjuntamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Las olas de calor se están haciendo más comunes a causa del cambio climático», añadió Taalas, recordando que hoy podría alcanzarse por primera vez una temperatura de más de 40 grados en el Reino Unido mientras que en Portugal se han alcanzado los 47 y ese y otros países del sur europeo han sido asolados por los incendios.
«Hemos ‘dopado’ a la atmósfera al ‘inyectarle’ más gases de efecto invernadero, en especial dióxido de carbono», destacó el experto, quien señaló que en olas de calor como las de 2003 en el centro de Europa o la de 2010 en Rusia ya hubo decenas de miles de fallecidos, y las cifras podrían repetirse en esta ocasión.
«Los más vulnerables son, como en el caso de la Covid, las personas con condiciones previas y los ancianos», indicó Taalas, quien también advirtió de los efectos de estos fenómenos climáticos extremos en la agricultura (ya golpeada por la guerra en Ucrania) y en el turismo.
Vulneración mundial
Por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la directora de salud y medioambiente del organismo, la española María Neira, añadió en la misma rueda de prensa que la actual ola de calor puede tener graves consecuencias en colectivos vulnerables tales como ancianos, niños o mujeres embarazadas.
«Queda comprometida la capacidad de nuestro organismo para regular la temperatura interna, y esto puede resultar en una cascada de enfermedades», alertó Neira, quien subrayó que los sistemas sanitarios sufren especialmente en este tipo de olas de calor por el aumento de pacientes que acuden a ellos.
Taalas y Neira coincidieron en señalar que los países están mejor preparados para las olas de calor que, por ejemplo, hace 20 años, cuando la que se sufrió en el centro de Europa causó la muerte de más de 70.000 personas, aunque insistieron en los efectos negativos que pueden tener para la salud.