En la mañana de este lunes, tras la muerte del papa Francisco, el Arzobispado de Córdoba difundió un comunicado titulado «Gracias, Francisco: Con profundo dolor y gratitud, despedimos al Santo Padre», donde se informó que desde las 19 horas se realizará la Santa Misa en la Iglesia Catedral de Córdoba, que también será transmitida por el canal de YouTube de la Arquidiócesis de Córdoba y por Radio María.
La ceremonia será presidida por el Cardenal Ángel Rossi, quien convocó a toda la comunidad cordobesa a unirse en oración para despedir al pontífice argentino.

En un emotivo comunicado, el Arzobispado destacó el legado del papa Francisco, destacando su cercanía con los más vulnerables, su firme compromiso con la justicia social y su constante llamado a la esperanza. “Nos enseñó que el verdadero poder es el servicio”, recordaron.
«Desde aquel primer y sencillo ‘Buona sera’ asomado al balcón de la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco nos mostró que su pontificado sería distinto: el de un pastor con olor a oveja, el que rompió moldes sin romper la Verdad, el que no tuvo miedo de ensuciarse los zapatos para salir a buscar a los que estaban lejos. Nos enseñó que ‘el verdadero poder es el servicio’ y que ‘la ternura no es la virtud de los débiles, sino la expresión más fuerte del amor y la compasión auténtica’. Invitó a los jóvenes a ser protagonistas con su ya inolvidable ‘Hagan lío, y nos alentó una y otra vez a ‘no dejarnos robar la esperanza'», expresó el emotivo comunicado.
«Francisco incomodó, desafió estructuras, y nos mostró que no hay frontera donde Cristo no quiera llegar. Habló a los pobres con el corazón en la mano, puso a los descartados en el centro, lloró con los que sufren, caminó con los últimos. Nos enseñó, con su vida, que el Evangelio se escribe con las heridas del mundo. Fue también un firme defensor de la justicia social, denunciando las estructuras económicas que generan desigualdades y afirmando con claridad que los derechos humanos se vulneran también cuando se perpetúan condiciones de pobreza y exclusión. Su legado es el de una Iglesia más abierta, misericordiosa y comprometida con los desafíos del mundo contemporáneo. Un guía espiritual que, con humildad y amor, nos animó a mirar al prójimo con ojos de compasión y a actuar con valentía ante toda forma de injusticia», cerraron.
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