Cada 8 de agosto, el Día Internacional del Gato invita a reflexionar sobre el bienestar y los cuidados que requiere una de las especies más queridas del mundo. Según estimaciones de organizaciones internacionales, la población global de felinos ya supera los 600 millones, contando tanto a los domésticos como a los que viven en la calle. Un crecimiento que refuerza la necesidad de promover hábitos de cuidado que garanticen su salud y calidad de vida.
Con su carácter independiente y su elegante andar, los gatos se han ganado un lugar central en los hogares. Sin embargo, pese a su meticuloso hábito de acicalamiento al que destinan hasta el 10% de su tiempo despiertos, no están libres de amenazas como las pulgas, que afectan el descanso, la piel y hasta el comportamiento del animal.
Diversos estudios revelan que los felinos tienen el doble de probabilidades que los perros de sufrir infestaciones y que la mitad de sus cuidadores no detecta el problema, en parte porque el propio gato puede ingerir los parásitos al lamerse. Esta conducta dificulta la detección y permite que el problema avance sin señales visibles inmediatas.
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«Las pulgas, además de ser molestas, pueden transmitir enfermedades. Por eso, es clave implementar medidas de prevención durante todo el año, especialmente porque los síntomas pueden pasar desapercibidos debido al hábito constante de acicalamiento de los gatos. Existen soluciones con fluralaner como principio activo, que ofrecen una excelente protección antipulgas de larga duración. Estos tratamientos actúan desde la nariz hasta la punta de la cola y brindan hasta 3 meses de protección continua«, explica Walter Comas, médico veterinario y Director de la Unidad de Animales de Compañía de MSD Salud Animal.
Las pulgas no solo provocan picazón, rascado excesivo y heridas, sino que también pueden transmitir otros parásitos como la tenia. Si un gato ingiere una pulga infectada, el parásito puede alojarse en su intestino y desarrollarse sin generar síntomas evidentes, poniendo en riesgo tanto al animal como a las personas, especialmente si hay niños en el hogar.
“El bienestar de las mascotas requiere de medidas de prevención, por eso la protección contra pulgas es importante. Ante cualquier duda o consulta, siempre hay que acudir al veterinario de confianza y nunca automedicar al animal”, agrega Comas.
El descanso
El sueño es otra pieza clave en la salud felina: se calcula que duermen unas 16 horas por día, lo que equivale al 60% de su vida. Un gato de nueve años, por ejemplo, habría estado despierto apenas tres. Con la edad, esa proporción aumenta. Pero descansar bien no depende solo de la biología: el entorno también influye. Alfombras, zócalos y muebles pueden convertirse en refugios para huevos y larvas de pulga, sobre todo en ambientes cálidos y húmedos.
Para ayudarlos a dormir tranquilos, los especialistas recomiendan mantener limpios sus espacios, aspirar con regularidad y lavar mantas o camas con agua caliente. Prevenir parásitos y garantizar un entorno seguro es tan importante como una buena alimentación o las visitas periódicas al veterinario.