En la trigésima cuarta edición de la competencia anual World’s Ugliest Dog, celebrada en California, Wild Thang, un pequinés de 8 años de edad, se convirtió en el perro más feo del mundo. A pesar de haber superado una enfermedad de moquillo que le dejó secuelas como la ausencia de dientes y una pata delantera derecha impredecible, Wild Thang es un perro feliz y amigable.
La competencia contó con la participación de otros concursantes como Rome, un pug de 14 años, y Daisy Mae, una perra de 14 años. Rome, quien obtuvo el segundo lugar, es conocido por sus patas arqueadas y su participación en actividades de recaudación de fondos para perros con discapacidades. Daisy Mae, en tercer lugar, fue rescatada cuando tenía 2 años y ahora disfruta de descansar al sol.
El panel de jueces estuvo compuesto por expertos como Gadi Schwartz, Linda Witong, Brian Sobel, Amy Gutiérrez y Fiona Ma. La competencia busca demostrar que todos los perros, incluso los considerados feos, son maravillosos y merecen amor y cuidado. Además de obtener el título de perro más feo del mundo, Wild Thang y su dueña recibieron un premio en efectivo y una aparición en televisión.
Entre los participantes destacó Ozzie, una terrier de 10 años rescatada de un vertedero en México, quien visita centros para personas mayores para brindarles compañía y cariño. El concurso no solo busca destacar la peculiaridad y belleza interior de los perros, sino también concientizar sobre la importancia de adoptar y rescatar animales en situación de abandono.
En esta edición, Wild Thang se alzó con el título de perro más feo del mundo, demostrando que la belleza va más allá de la apariencia física y que la verdadera belleza reside en el amor, la amabilidad y la alegría de estos animales que, a pesar de sus imperfecciones, son capaces de alegrar la vida de quienes los rodean.