Después de varios retrasos, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) brasileña decidió no autorizar la importación de la vacuna rusa Sputnik V por considerar que aún existen incertidumbres” sobre su seguridad y eficacia, en medio del peor momento con la pandemia en el vecino país, que encima tiene frenada su campaña de vacunación por falta de dosis del inoculante.
La decisión desató de inmediato una polémica nacional e internacional, con acusaciones al organismo de responder a presiones de Estados Unidos. El remedio ruso no se aprobará hasta que sean presentados datos para responder a las fallas identificadas”, argumentó la Anmat brasileña, pese a que el inoculante ya fue aprobado en 61 países, entre ellos en Argentina, y su efectividad de más del 90% fue ratificada por la célebre revista científica The Lancet.
El anuncio desató una tormenta política en un contexto ya tenso por la crisis sanitaria que atraviesa el país. El ministro de Salud, Marcelo Queiroga, había reconocido horas antes que existen retrasos en el plan de vacunación, sobre todo por problemas con una de las vacunas aprobadas por la Anvisa, la china CoronaVac, que a diferencia de la Sputnik V tiene una efectividad mucho más baja. Además, la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad -organismo ligado al Ministerio de Ciencia- había recomendado aprobar la vacuna rusa.
Frente a esta pandemia, no podemos permitir que trabas burocráticas perjudiquen el acceso de la población a una vacuna que ha probado su eficacia, seguridad y garantía real de disponibilidad”, se quejaron los gobernadores del Consorcio Nordeste, que aglutina a nueve estados de esa región, que ya firmaron contratos con el Fondo Soberano Ruso (RDIF) para adquirir más de 30.000.000 de dosis.
La decisión de la Anvisa de demorar la aprobación de la Sputnik V es, lamentablemente, política y no tiene nada que ver con el acceso del regulador a la información ni con la ciencia”, respondió el propio RDIF, que aseveró que la decisión es consecuencia directa de la presión del Departamento de Salud de EE.UU., que en su informe anual 2020 declaró públicamente que el agregado sanitario estadounidense ‘había convencido a Brasil de rechazar la vacuna rusa’”.
El Senado comenzó a investigar a Bolsonaro
El Senado de Brasil instaló ayer una comisión para investigar la actuación del gobierno nacional durante la pandemia de coronavirus, una iniciativa que puede impactar en la tentativa de reelección en 2022 del presidente Jair Bolsonaro e incluso tener derivaciones judiciales. El mandatario desafió continuamente las recomendaciones para controlar el virus: criticó las medidas de cuarentena, rechazó el uso de mascarillas, cuestionó a las vacunas y promovió el uso de remedios como la hidroxicloroquina, sin eficacia contra la enfermedad.
Ayer, el ex ministro de Salud Alexandre Padilha incluso endilgó a Bolsonaro la decisión de la Anvisa de no aprobar el uso de la vacuna Sputnik V. La comisión parlamentaria de investigación analizará si hubo negligencia o actos de corrupción en el manejo de la pandemia, incluido en la crisis de suministro de oxígeno que en enero provocó la muerte por asfixia de decenas de personas en Manaos, una situación hoy extendida a prácticamente todo el país.